jueves, 1 de enero de 2015

ANGUILA DE MAZAPÁN

Aún recuerdo mis visitas a Toledo junto a mis padres y unos amigos. Nunca faltaba la tradicional compra de unos buenos mazapanes, en alguna tienda de la plaza de Zocodover....

Hace tiempo que no voy por allí. Bueno, he ido a unas jornadas de trabajo, pero eso no cuenta...

Claro que, para visitar Toledo, hay que pedir permiso a los miles de turistas que invaden sus calles.
Algo recuerda a Venecia en temporada alta.... Es mejor ir en pleno enero. Los días son muy cortos, y hasta puede que nieve, pero no hay duda de que se disfruta mucho mejor de las cosas, sin tanta gente....

Para comer mazapán, no hace falta ir a Toledo. Incluso, una compañera de trabajo me dijo hace bien poco, que los toledanos, ya casi no comen mazapán. Que lo tienen....¡hasta en la sopa!.
Bueno, en éso sus vecinos madrileños tienen algo que decir. El postre más típico de la Nochebuena madrileña es, sobre todo la SOPA DE ALMENDRA

Hace muuuchos años (estaba yo solterísima), era colaboradora de mi madre en la elaboración de los dulces navideños, entre los que no faltaba el mazapán. Hacer los turrones en casa, era tan tradicional como el Torneo de Navidad de baloncesto...
Mi madre se iba a un almacén de frutos secos y compraba ¡¡5 kilos de almendras Marcona!!. Hacíamos turrones de coco, yema, y frutas, además del mazapán. También compraba avellanas para hacer los polvorones...

Lo primero que hacíamos, era pelar las almendras. Se escaldaban en agua hirviendo y se pelaban como los altramuces. Después las secábamos en el horno a temperatura muy suave, para que no se tostaran. A continuación, las molíamos en la picadora MOULINEX  (la del 1,2,3...). Y ya quedaban listas para usar....
¡¡Cómo han cambiado los tiempos!!, y ¡¡ las ayudas de cocina...!!

Yo no he comprado las almendras en ningún almacén de frutos secos...; ya casi no hay almacenes de frutos secos... Y las que venden envasadas ¡vete a saber desde cuando están envasadas!. Hay que arriesgarse, no obstante,  porque es lo que tenemos....

Así es que me fui a MAKRO y compré un saco de 1 kilo de harina de almendra (BORGES, la tiene sin gluten). Ya tenía para empezar...

Al principio pensé comprar la harina de almendras para hacer "macarons", pero reaccioné a tiempo: ¡ nada de macarons: MAZAPÁN"!

La fórmula es bien sencilla:
Almendras y azúcar a partes iguales, y la clara de huevo que admita.


ANGUILA DE MAZAPÁN




INGREDIENTES:
  • Almendra molida y tamizada
  • Azúcar molido, o azúcar glacé
  • Clara de huevo
  • Cabello de ángel parta rellenar.
  • Dulce de yema, o turrón de yema para rellenar.
  • Glasa real para decorar.
PREPARACIÓN:

Como veis, no pongo ninguna cantidad, porque lo único que tenemos que hacer es pensar en el tamaño de nuestro "animalito", y utilizar la misma proporción de almendra que de azúcar; lo que se llama: "tanto por tanto".

Lo primero que hay que hacer, es tamizar muy bien la almendra, por si hay restos de cáscaras. Entre el bulto de harina no se nota, pero si se tamiza..., se encuentra. Mejor tamizar, siempre.

Una vez mezclados la almendra y el azúcar, iremos incorporando las claras de huevo.
Yo he utilizado huevos frescos, y cómo medida de precaución, siempre que elaboro repostería, y otras preparaciones dónde vaya a utilizar huevos en crudo, lavo muy bien la cáscara.

Olvidaba deciros que antes de incorporar las claras, separé unos 200 gramos de la mezcla para unir con yema. Con ello rellené una parte de la anguila.

Volvemos al mazapán.
A la mezcla de almendras y azúcar, se van incorporando las claras.
Si es mucha cantidad, como en éste caso: 1.200 gramos, hay que utilizar por lo menos, tres o cuatro claras; pero hay que ir poco a poco.
Hay que trabajar en un cuenco grande, y empezar por una clara. Se maneja como si fuera una masa para pan. Cuando falte líquido, se echa otra clara, y así sucesivamente. 
Hay que dejar una masa de mazapán, que se trabaje sin que se pegue en las manos, y que no se desmigue.

Una vez obtenida la masa, hay que trabajarla igual que un pan. En una superficie, a ser posible fría, y espolvoreada de azúcar glas, si es necesario. Amasamos de fuera hacia dentro y hacemos una pelota. La envolvemos en film, y dejamos enfriar hasta el día siguiente.
Es el momento de separar pasta para hacer una SOPA DE ALMENDRAS, si  os apetece.

Al día siguiente, preparamos nuestra anguila.
De la pelota de mazapán quitamos un trozo para realizar nuestra decoración. Yo hice escamas.


En una superficie cubierta de papel de horno, estiramos la pasta con un rodillo. Dejaremos una parte mas ancha que otra (tipo plancha de bacalao).
A lo largo de uno de sus lados, repartimos nuestro cabello de ángel, dejando sitio para poner la pasta de yema, si la hemos hecho. Yo la pongo hacia la "cabeza del bicho".





Después, con mucho cuidado, y ayudándonos con el papel, iremos enrollando poco a poco, a lo largo.
La parte de la cabeza, la moldearemos un poco. Después la remataremos con los ojos, lengua, etc....





El rulo resultante, que debe ser más ancho por un extremo, lo enroscaremos sobre sí mismo (como una serpiente).
Ahora decoramos.





Para realizar las escamas, estiramos pasta de mazapán dejándola finita, y recortamos con la parte ancha de una boquilla.








Para la parte de la cola, hacemos círculos más pequeños. Los iremos agrandando según avancemos en el cuerpo de la anguila.
Hay que empezar por la cola, y se ponen contrapeadas.




Se pinta un huevo batido y se gratina ¡unos segundos!
Si disponéis de un soplete de cocina, os aconsejo que lo utilicéis. Yo no lo hice, y se me tostó "un pelín demasiado"...!!!


Después, ¡dejar volar vuestra imaginación!.

Yo no la dejé volar...
Hice una imitación casera de las fantásticas anguilas del obrador toledano de SANTO TOMÉ, y sólo "pinté" las puntas de las escamas con una gota de glasa real.

Después de seca, la glasa, adorné con las típicas frutas escarchadas.



¡ Sólo me faltó la caja !.
Os aseguro, para el año que viene, ¡consigo una!...