En ese momento me parecieron tan irresistibles, como imposibles de realizar. No ya por la dificultad de la receta en sí, que no la tiene, sino más bien, por la dificultad de encontrar los moldes de madera que se utilizan.
Galletas con historia, éstas SPRINGERLE.
Con una tradición de casi 10 siglos de ofrendas de animales sacrificados en honor a los antiguos Dioses germánicos .
Galletas horneadas con formas de animales, ofrecidas por las gentes humildes que no podían permitirse un lujo tan caro, como desprenderse de sus animales de sustento...
A partir de la Edad Media, con la inclusión de la fecha del 25 de Diciembre en el calendario cristiano, se fueron incorporando motivos religiosos poco, a poco. Hay algunos moldes verdaderamente espectaculares con Belenes tallados al menor detalle.
Entre los siglos XVII y XIX, alcanzaron mucha popularidad. Los moldes, realizados artesanalmente con todo tipo de detalles tallados, se pasaban de generación en generación.
Hoy en día, se usan una copias realizadas en resina que simulan a la madera tallada, y con el mismo lujo de detalles. Algo que hace muy atractivas a éstas galletas.
¿Dónde conseguir los moldes?. Pues, salvo si viajamos a Alemania, a través de internet, naturalmente.
Yo los he conseguido aquí.
La receta que he seguido, es la que da Patricia Arribálzaga en su libro.
La verdad, es que no son tan laboriosas como parece. Eso sí, hay que tener un poco de paciencia. el proceso de "secado" es de vital importancia para un resultado final satisfactorio.
Otra cosa. Nos encontramos con un ingrediente nada habitual: el bicarbonato de amonio (hirschhornsalz o HARTSHORN). Un precursor de los impulsores químicos actuales. No lo venden en cualquier sitio. Por eso, he aprovechado la compra de los moldes, y he pedido también el Hartshorn.
Además de lo preciosisisismas que son, el "chiste" de estas galletas, es su duración.
Un motivo más para hacerlas, es que nos pueden servir como regalo en Navidad.
Pero, para eso, tenemos que empezar ha hacerlas ¡YA, YA, YA! ....
SPRINGERLE
(Del
libro: Cakes Haute Couture ”Cupckes,
Cookies & Macarons” de Patricia Arribálzaga)
INGREDIENTES (Para
50 galletas de 5 cm de diámetro)
- 3 huevos Temperatura ambiente)
- 375 gr de azúcar glasé
- 60 gr de mantequilla (temperatura ambiente)
- ¼ cucharada de té de sal
- ¼ cucharada de té de HARTSHORN (Bicarbonato de amonio)
- 1 cucharada sopera de leche
- 500 gr de harina *
- ½ cucharada de té de aceite esencial de anís
PREPARACIÓN
Lo primero que hay que
hacer, es disolver el bicarbonato de amonio en la cucharada de leche, y dejar
reposar durante 90 minutos.
Pasado ese tiempo, batimos
los huevos durante 15 minutos a la velocidad máxima de nuestra amasadora (KA).
De esta forma, las galletas nos saldrán blancas. Es requisito imprescindible.
Bajamos un poco la velocidad
para incorporar cucharada, a cucharada, el azúcar glasé. A continuación,
añadiremos la mantequilla, la sal, el Hartshorn y la esencia de anís. Subimos
la velocidad unos minutos hasta ver la mezcla cremosa.
En este punto, cambiamos las
varillas por la pala para incorporar la harina tamizada a la mínima velocidad.
*Tenemos que ver que la masa se va despegando
de las paredes del bol. Yo no he necesitado incorporar toda la harina junta.
Primero he apartado 50 gr para enharinar la mesa de trabajo. Pero, además, el
resto se lo he ido incorporando poco, a poco, una vez ya en la mesa. La masa
debe quedar suave y un poco pegajosa al tacto.
Para cortar las galletas, estiramos
la masa dejándola de 1´5 cm de grosor. Hay que tener la precaución de enharinar la
mesa para que no se nos pegue al trabajar.
Con un pincel, enharinamos
ligeramente los moldes y la superficie de la masa estirada.
Disponemos el molde
sobre la masa, y presionamos de forma uniforme para dejar la impronta.
Retiramos con precaución el molde y recortamos con un cortapastas del mismo
tamaño del dibujo.
Con una espátula, pasamos
las galletas recién cortadas, a una bandeja de horno, forrada de papel
sulfurizado.
Hay que dejarlas reposar
entre 9 y 24 horas. Con ello se consigue que se seque la superficie de la
galleta y forme una costra para que después no se deformen al hornear. El
tiempo depende de la humedad ambiental según la zona geográfica, pudiendo
llegar a necesitar hasta 48 horas de secado.
Hornearemos a una
temperatura baja. Hay que evitar que se doren; pues la característica de estas
galletas, es su color blanco de hueso.
Cuanto más grande es la
galleta, más baja será la temperatura y más largo el tiempo de horneado. Al
contrario de lo que pasa si la galleta es pequeña (más temperatura, menos
tiempo de horneado).
Yo las he horneado a 150º con calor arriba y abajo, durante 13-14 minutos. He puesto la bandeja en el
tercio inferior del horno.
Justo antes de hornear, hay
que humedecer la base de la galleta, con un pincel, o un dedo mojado. De esa
manera, crecerá sin que se deforme la impresión.
Una vez horneadas, dejaremos
enfriar las galletas en la misma bandeja, hasta que se puedan despegar con
facilidad, y traspasar a una rejilla de enfriado.
Estas galletas mejoran con
el tiempo. Por eso, si las vamos a regalar (Por ejemplo, en Navidad) conviene
prepararlas, al menos, con 3 a 4 semanas de antelación…
NOTA: Una vez incorporado a la masa el
bicarbonato de amonio, no se podrá comer cruda (mucha gente la prueba así) ya
que ese ingrediente resulta irritante al estómago. En cambio, una vez cocinado,
se evapora y hace que la galleta sea mucho más duradera, y el interior sea
abizcochado.