domingo, 21 de junio de 2015

SCHWARZWÄLDER KIRSCHTORTE, la tarta

Aquellos que me conocen saben mi gusto por todo lo centro-europeo.
Sí. 

Hay ocasiones en las que me gustaría visitar países del otro lado del mundo. El problema, es la pereza que me da. ¡Tantas horas metida en un avión...!, el rollo de los visados....!. ¡¡Pereza, pura y dura!!.
Aunque, siempre he dicho que, antes de encontrarme mucho más achacosa de lo que ya estoy, hay que hacer un viajecito a.... Nueva York, por ejemplo....
Europa, en cambio, está aquí mismo. Y los destinos que me atraen, a un par de horas de vuelo, cómo mucho. ¡Es que soy muy clásica!, ¡qué le voy a hacer...!

La primera vez que visité Austria, me quedé impactada por la musicalidad del idioma alemán. 
El tópico "SUBANESTRUJENBAJEN" quedó tirado por los suelos... ¡Nunca más!.
Lo primero que hice cuando volví a Madrid, fue apuntarme a clases de alemán en una academia....

Pero ya han pasado muchos años, y la falta de práctica hace que ya no pueda mantener ni una mínima conversación en alemán; exceptuando lo básico..., para bandearme ligeramente en los viajes...

Ahora bien. Con la cocina es distinto.
La cocina no necesita hablarte. Se introduce en tus sentidos, de tal forma, que entiendes perfectamente lo que te quiere decir.

Da lo mismo que sean unos spaghetti alle vongole, una crême Brullée, un bacalhau à Bràs, un wiener schnitzel, o un Murg Korma; cuándo te ponen en el plato una delicia de esas, ¡descuida!, no dará tiempo, ni para hacer las debidas presentaciones....

Y hablando de presentaciones.
Aprovechando que hoy era el cumpleaños de mi hijo, había que hacer un buen pastel. Y, a ser posible, un clásico.
Y es que, cuánto más innovadora está la repostería, más me "retrotraigo" al pasado...(Qué conste, no muy lejano).

Tampoco me gusta hacer siempre lo mismo. Pero, de vez en cuando, una tartita de las de antes, no está mal....

La receta que os traigo, es clásica..., pero de Alemania.
Hablar de la tarta Selva Negra es hablar de nata, guindas y chocolate. Lo que pasa, es que aquí, en España, ordenamos los ingredientes de otra forma..., o los mezclamos...., o los.... cambiamos....

Me he entretenido en buscar en internet una receta clásica, clásica.... Me ha gustado mucho un vídeo de YOUTUBE, de Sallys Classics y es la receta que os dejo.
Está pensada para hacerla en un molde de 26 cm. El mío es de 22 (¡Nunca me acuerdo del diámetro que tiene!). Y así ha pasado: me ha quedado un bizcocho extra alto, para cómo debe ser (Queda tipo "layer cake")

Ah!, olvidaba deciros que la he hecho sin gluten..., o GLUTEN FREI, cómo dirían allí...


Schwarzwälder Kirschtorte
De Sallystortenwelt



Ingredientes para el bizcocho:

·         7 huevos (temperatura ambiente)
·         240 gr azúcar
·         1 pizca de sal
·         150 gr de harina
·         50 gr de cacao en polvo
·         50 gr de maizena
·         ½ cucharada de levadura
·         60 gr de mantequilla (derretida)

Preparación:

Precalentar el horno a 180º
Batir los huevos con la pizca de sal y el azúcar hasta blanquear y espesar (unos 15 minutos a velocidad máxima en Kitchen Aid). Pasado ese tiempo, quedará una crema consistente, tanto, que las varillas formarán picos cuando se retiren del bol.
Utilizando un cedazo, o colador de malla fina, cerniremos las partes secas de la receta (harina, cacao, levadura y maizena). Poco a poco, ayudándonos de unas varillas de mano, o de una paleta, vamos introduciendo los ingredientes con movimientos envolventes para evitar que se baje la crema.
A continuación, añadiremos con cuidado la mantequilla derretida. Revolvemos lentamente hasta integrarla al resto de la mezcla.
Vertemos la masa en un molde de 24 a 26 cm, previamente enharinado y enmantequillado (también podemos utilizar un molde antiadherente, con un papel sulfurizado en el fondo). Yo no tengo un molde tan ancho, así es que me quedó un bizcocho “maxi alto”, jejeje

Introducimos en  horno precalentado y con calor arriba y abajo. Hornearemos durante 25 – 35 minutos, o hasta que al introducir un palillo, éste salga limpio.
Cuando se pueda manejar el molde sin quemarnos, desmoldamos el bizcocho y lo dejamos enfriar boca abajo, entre dos paños de algodón. De ésta forma, se asienta la miga y no se deshace al cortar
Cuando se haya enfriado por completo, usando un cuchillo largo de sierra, o una lira, cortaremos la pieza en tres capas iguales

Relleno:

Ingredientes para el almíbar de Kirsch:

·         50 gr de azúcar
·         50 ml. De agua
·         100 ml de Kirsch

Preparación:

En un cazo pequeño, vertemos el azúcar, el agua y el Kirsch. Removemos hasta que el azúcar se disuelva del todo. Cuando empiece a hervir a borbotones, retiramos del fuego y dejamos enfriar por completo antes de utilizar.
Usaremos una brocha de silicona para pincelar las planchas de bizcocho.

Ingredientes para las cerezas:

·         Un frasco de 700 gr de cerezas en almíbar (350 gr. Escurridas).
·         55 gr de maicena.
·         60 gr de azúcar.
·         El zumo de ½ limón.
·         1/8 de cucharadita de mezcla de especias para dulces (canela, clavo, jengibre…)

Preparación:

Escurrir el jugo de las cerezas directamente a un cacillo que llevaremos al fuego. Incorporamos el azúcar, las especias, el zumo de limón y la maizena.
Removemos constantemente hasta que la salsa espese. En ese momento, incorporaremos las cerezas y mezclamos bien. Apartamos del fuego, y las dejamos enfriar.
Verteremos las cerezas sobre la primera plancha de bizcocho (previamente “emborrachado”). Hay que tener cuidado de que no lleguen al borde. Es mejor dejar 1 cm. alrededor.
Introducir en el frigorífico para que se enfríen del todo.
Mientras, preparamos la nata para rellenar

Ingredientes para la crema de nata:

·         700 ml de nata fría
·         65 gr de azúcar
·         55 gr de Kirsch
·         1 sobre de gelificante vegetal (para estabilizar la nata)
·         200 ml de agua

Preparación:

Utilizamos el gelificante para darle consistencia a la nata y que no se baje con el peso de las capas de bizcocho.
Primero disolvemos el contenido de 1 sobre de gelificante en unas cucharadas de agua. Seguidamente, incorporaremos el resto de los 200 ml. Removemos bien hasta que hierva, dejamos 2 minutos. Antes de apagar el fuego, echamos el Kirsch, removemos y retiramos. Dejamos enfriar.
También se puede echar el Kirsch directamente sobre la nata, al montarla. Pero, si lo hacemos como he descrito, al calentarlo junto al gelificante se le evapora el alcohol, quedando solo el sabor, y haciéndolo apto para personas que no puedan tomar bebidas alcohólicas
Para montar la nata, ésta ha de ser, como mínimo, de un 35% de materia grasa.
Ya sabéis que el bol y las varillas deben estar muy fríos, para que monte más rápido.
Cuando empiece a espumar la nata, verter sobre ella el azúcar y batir un poco más. No hace falta montarla del todo. Es suficiente con que esté a medias, con una consistencia cremosa, pero sin estar dura.
Ahora añadiremos el estabilizante.
Cogemos unas cucharadas de nata y las vertemos sobre el cuenco dónde se enfría la gelatina. Batimos enérgicamente con unas varillas. Añadiremos un par de cucharadas más de nata. A continuación, esa mezcla la incorporaremos al resto de la nata.




MONTAJE DE LA TARTA:

Ya tenemos el piso de abajo cubierto por las cerezas y refrescándose en el frigorífico.
Ajustaremos un aro de montaje alrededor de esa primera plancha.
Vertemos la mitad de la crema de nata sobre las cerezas, repartiéndola bien por toda la superficie y tapamos con la segunda plancha de bizcocho.
Pincelamos con almíbar la segunda capa,  vertemos la crema restante cubriendo bien todo el bizcocho y tapamos con la última plancha.
Presionamos suavemente para igualar y que no nos quede más alto de un lado que de otro. Nos fijaremos en el borde del aro de montaje (el mío tiene 10 cm. de altura).
Dejaremos enfriar la tarta, al menos, durante 4 h. en el frigorífico.


DECORACIÓN FINAL:

Ingredientes:

·         1 tableta de chocolate negro de cobertura
·         500 ml. De nata para montar
·         2 o 3 cucharadas soperas colmadas de azúcar glacé
·         2 o 3 cucharaditas de postre, de leche en polvo
·         Cerezas frescas, o guindas en almíbar

Preparación:

Vamos a realizar unos rulitos de chocolate para decorar la superficie del pastel, y unas ralladuras para el contorno
Para ello, rasparemos la tableta de chocolate con un cuchillo.
Se pone la hoja del cuchillo casi en horizontal sobre la tableta y se raspa el chocolate haciendo los rulitos. Los iremos apartando en un recipiente.
También se pueden hacer los rulitos más pequeños utilizando un pelapatatas.

Cuándo la tableta esté fina, el resto del chocolate lo rallaremos con un rallador grueso, y eso lo utilizaremos para el contorno.
Montamos la nata. Ésta vez en su punto.
Cuando empiece a espumar, añadiremos el azúcar glacé, y un poco más tarde, la leche en polvo.

El truco de la leche en polvo, es otro sistema para estabilizar la nata. No se ha utilizado en la parte previa de montaje, porque en ése caso, interesa que quede más como una bavaroise.

El punto de la nata montada hay que vigilarlo para que no se nos pase y se nos convierta en mantequilla. Se sabe que está, cuando al sacar las varillas, la nata hace picos duros, y los surcos que dejan tienen un ligero color crema.

Llenamos una manga pastelera con la nata y usamos una boquilla grande.

Nuestra tarta ya está fría, y la nata montada.

Con la manga pastelera, realizamos unas líneas en vertical por el lateral de la tarta. Extendemos esa nata ayudándonos con una paleta ancha. Cubrimos bien todo el contorno y ahora le toca a la superficie. Ponemos unas cucharadas de nata y alisamos bien.
Ahora, pegaremos las ralladuras de chocolate por los laterales. Necesitaremos una paleta ancha, o un cartoncito. Repartimos bien todo el chocolate.

 Por último, vertemos los rulitos de chocolate en el centro de la tarta y hacemos unos “moñitos” de nata por todo alrededor. Le ponemos una cereza, o una guinda encima a cada uno.






NOTAS:
El KIRSCHWASSER, es un aguardiente alemán hecho con cerezas y guindas. Aquí lo encontramos en LIDL (de vez en cuando), y de la marca BARDINET, hecho en España.
Las cerezas en almíbar son otro cantar. Me costó trabajo encontrarlas. Cuando ya estaba decidida a hacer yo misma la confitura, las encontré de casualidad en supermercado de El Corte Inglés de la calle Serrano. (No me extraña. La Embajada alemana, está casi en la acera de enfrente…) 

¡¡Un clásico alemán!!

Y, es curioso, pero los alemanes no dicen "¡Qué aproveche"!. Utilizan, en cambio el:

¡¡BON APPÉTIT!!

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