De la costa Gallega en el Océano Atlántico, procede la variedad de pulpo más apreciada, el Octopus Vulgaris.
Molusco cefalópodo octópodo, carnívoro, de la familia Octopodidae (del griego "octo", ocho, y "podós", pie).
El pulpo común, puede alcanzar los 3 metros de largo y 12 kg. de peso.
Todo comenzó en el S. XII, en el municipio de Cea, Orense, donde se sitúa un monasterio cisterciense desde el 1140, anteriormente fundado por monjes Benedictinos en el 1137: Santa María la Real de Oseira.
Está documentado que el noble Diego Arias, valiente capitán y servidor de la Reina Doña Urraca, recibe de la Corona, por sus leales servicios, el Coto de Marín. Allí vivió retirado Don Diego, hasta el fallecimiento de su esposa. Hecho, éste, que le dejó tan apenado, que buscó "paz y sosiego" haciéndose monje, tomando los hábitos del Cister en ése Monasterio. Y, siguiendo la Regla, todos sus bienes pasaron a formar parte de la Abadía de Oseira.
El problema vino después. Cuando pasado un tiempo, cambió de opinión, y dejó la "vida contemplativa". La dejó, sí. Pero no pudo recuperar sus predios, ¡y mira que protestó!. Tanto, que hasta el mismísimo Rey Alfonso VII, ratificó y certificó la pertenencia de la Parroquia de Marín al Monasterio de Oseira... ("Santa Rita, Rita, Rita. Lo que se da, no se quita...").
El pulpo, era un Diezmo más de los que aportaban los aparceros de la Abadía. Llegó a ser tan abundante, que los monjes decidieron compartir con los feligreses los excedentes. Para lo que crearon una "Feria mensual".
...Y ése es, el por qué, en el interior de Galicia, a muuuchos kilómetros de la costa (Unos 90 por carreteras del S. XXI), se celebra todos los años, la más renombrada Fiesta del Pulpo, no solo de Galicia, sino, de España y del Mundo mundial...(El 27 de junio de 2012, fue declarada "Fiesta de interés turístico Nacional").
Si os interesa profundizar más en la curiosa historia de la Fiesta del Pulpo de Carballiño, pinchad aquí.
Ya sabéis mi debilidad por los productos del mar.
Y, si la semana pasada eran los chipirones en una receta vasca, hoy se trata de pulpo con una receta Gallega. La receta de las recetas.
PULPO Á FEIRA
INGREDIENTES
- 1 pulpo de 2´5 kg
- 2 patatas hermosas
- 1 cebolla grande
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- Pimentón dulce de la Vera (o mezcla de dulce y picante
- Sal marina gruesa
PREPARACIÓN
Según venimos del mercado
con el pulpo, lo metemos en el congelador por lo menos durante 2 o 3 días. Así
se ablandará la carne.
Éste nuevo método, sustituye
a la “paliza” que se le daba al pulpo recién pescado.
La víspera de la
consumición, sacamos el pulpo del congelador y lo dejamos descongelar dentro
del frigorífico.
Cuando esté descongelado, lo
lavamos muy bien, por si queda arena entre las ventosas.
Ponemos una cacerola grande
con agua y dejamos que llegue a ebullición. Lo ideal, es una olla de paredes
muy altas, como las que tienen las pulperías; pero en casa, hay que adaptarse a
lo que tenemos.
Mi truco: primero pongo el
pulpo y completo la capacidad de la olla con agua. Así veo hasta dónde llegará
sin desbordarse. Luego saco el pulpo y dejo que hierva el agua.
Cuando empiece la ebullición,
cojo el pulpo con la cabeza para abajo y lo meto en la olla por unos 5 – 6
segundos. Lo saco (con cuidado de no quemarme). Se ve que la carne empieza a
contraerse. Vuelvo a introducir de nuevo el pulpo dentro de la cazuela; lo dejo
otros 5-6 segundos, y lo vuelvo a sacar.
Si se dispone de una “pota”
como dicen los gallegos, de paredes altas, se deja cocer sin más preocupación
durante 20 o 30 minutos, dependiendo del tamaño del pulpo.
En mi caso, tengo que
andarme con ojo, para que no se desborde el agua. Así es que, hay veces que
debo bajar la intensidad del fuego para evitarlo. Por tanto, tardo un poco más.
(¡¡Cuánto me acuerdo de una
pota de cobre que vi en una ferretería de Monforte de Lemos!!.
Mi marido no me
dejó comprarla…. Era tamaño “casero”….aynssss!!).
Técnicamente, si al pinchar
las patatas, están cocidas, el pulpo lo debe estar también. Ha de quedar
tierno. Sacamos las patatas del agua, y las mantenemos calientes.
En ése momento, apagamos el
fuego, y dejamos dentro el pulpo por unos 20 minutos.
Pasado ese tiempo, se pelan
las patatas y se hacen rodajas de 1 cm, que ponemos en el fondo de un plato (de
madera, es más típico).
Sacamos el pulpo a una
bandeja. Con una tijera, hacemos rodajas las patas y las ponemos sobre las
lonchas de patata.
Espolvoreamos pimentón dulce
de la Vera (o mezcla de dulce y picante, si es de nuestro gusto), un buen
rociado de AOVE, y un puñadito de
sal marina gruesa, para darle un toque crujiente.
Obviamente, hay que
acompañarlo de un buen vino de Ribeiro.
¡Qué mejor!