jueves, 10 de octubre de 2019

ENSALADA DE ZANAHORIA, ENSALADA VALDIVIA




Me diréis, que ya no es tiempo de ensaladas.
Por lo menos, que no es tiempo de publicar éste tipo de recetas, más indicadas durante los meses en los que aprieta el calor al máximo.
Lo que ocurre, es que nuestra gran afición por ellas, nos hace disfrutarlas en cualquier época del año.


Ahora que ha empezado el curso, y que ya volvemos todos a nuestra rutina, no está de más poder tener un recurso rápido con el que acompañar nuestros platos de carnes y pescados a la plancha, o al horno.

No se vosotros pero, en mi "anterior vida"  cuando llegaba a casa desde mi trabajo, a horas ciertamente intempestivas, las verduras al vapor y las ensaladas, eran el acompañamiento diario del plato principal ...¡rápido!, ¡rápido!.

Esta ensalada de zanahoria, es una variante de la que os dejé hace una temporada.
La he "bautizado" Valdivia, en honor a mi compadre Manuel, que me enseñó la base. Porque después, cada uno le da su toque especial....



Un consejo, no dejéis demasiado blanda las zanahorias. Mejor que estén un poco "al dente". 


ENSALADA VALDIVIA

(Otro modo de comer zanahoria)


 
INGREDIENTES (4 pax)

 1 kg de zanahorias grandes
 1 diente de ajo
 1 lima
  4-5 granos de pimienta negra
  Un pellizco de comino en grano.
  Aceite de Oliva Virgen Extra
 Sal marina.
  Aceitunas negras (de vuestra elección)




PREPARACIÓN:
Raspamos la superficie de las zanahorias, o las pelamos con un pelador.
Cocemos al vapor durante 5 minutos en olla rápida y dejamos enfriar.





Cortamos rodajas en oblicuo para que resulten un poco más grandes, y las ponemos en una ensaladera.







Añadimos un diente de ajo pelado y picado muy fino, al que hemos eliminado el germen.


En un mortero, machacamos los granos de pimienta negra con el comino y la sal (preferentemente gruesa).
Exprimimos el zumo de media lima sobre el mortero, para recoger el majado y verterlo sobre las zanahorias de la ensaladera.





Finalizamos el aliño, rociando dos o tres cucharadas soperas de AOVE.
Incorporamos las aceitunas negras a la ensalada.




Daremos un toque fresco, añadiendo rodajitas de lima cortadas en cuartos.

Dejamos reposar en el frigorífico, hasta el momento de servir.





NOTA:
Esta ensalada se puede hacer con bastante antelación. Es más, de un día para otro, los sabores de todos los ingredientes estarán más integrados.
Las aceitunas negras conviene que sean de buena calidad. Mejor no emplear las enlatadas (salvo causa de fuerza mayor). A mí me gustan la negra de Aragón, y la Kalamata, aunque ésta última sea un pelín grande.


¡¡Espero que os guste tanto como a nosotros !!






sábado, 28 de septiembre de 2019

ENSALADA DE PATATA AL ESTILO DE BAVIERA






Después del parón veraniego llega una, con la libreta de ideas/recetas, repleta.

Muchas cosas han pasado durante este tórrido verano. Cómo qué, me he ido a Alemania escapando de la ola de calor, y la fuerza del oleaje ha llegado hasta allí....



¡¡Dios!!

Tanto calor nos hizo, que todas las mañanas debíamos hacer un esfuerzo para salir de nuestro hotel...con aire acondicionado...
Y, fuera cual fuese el plan del día, deseábamos impacientes que llegara la hora de regresar a la "base", porque antes de subir a nuestros aposentos, nos aprovisionábamos de unas buenas rodajas de sandia fresquita (española, por supuesto), que comprábamos en  "Zurheide"....
Dicho ésto, os podéis imaginar las pocas ganas de comidas contundentes que hemos tenido en éste viaje. Hemos dejado a un lado, los Goulash, Ragús y codillos, que han sido sustituidos por ensaladas (en sus mil variadas especialidades), algún que otro Flammkuchen, y una o dos salchichas (por aquello de...).

Hablando de ensaladas alemanas, ¿quien no conoce la ensalada de patata?.
Pero, decir "ensalada de patata" en Alemania, es cómo decir "Cocido" en España.
Cada zona, región, y casa, tiene una forma de preparar las patatas en ensalada. ¡Vamos, cómo aquí!
Yo os voy a enseñar una de las típicas ensaladas de patata que se come en Baviera.

Y es que, ahora mismo me gustaría estar en la Theresienwiese de München, en cualquiera de las Festzelt, celebrando la fiesta más bulliciosa del mundo mundial...

,,DER OKTOBERFEST``

...regando mi plato de comida con mi cerveza muniquesa favorita, ataviada con un popular Dirndl, y acompañada por mi maridín que luciría su Lederhose ...¡¡¡Ainsssss!!! 



El que no se conforma, es porque no quiere...


¡He montado un sucedáneo de Biergarten en mi terraza!.😂😂😂
Le he dado un toque Festzelt (sin Zelt, claro), colgando una guirnalda con los colores de Baviera, unos individuales (prefabricados con servilletas de papel), y he añadido la logística importada de Munich : Una Masskrug de 1 litro, y otra de 1/2 que nos trajimos de  la última visita a allí.
Los Bretzel son de una panadería alemana que hay en un  barrio cercano, las salchichas son del tipo Bratwurts, y la mostaza es la favorita de mi casa...





La ensalada es una Kartoffelsalat auf Schwäbisch Art, y la he hecho así:

INGREDIENTES (4 pax)

  • 1 k de patatas pequeñas  
  • ½ l de caldo de verduras (Puede ser de pastilla)
  •  1 cebolla pequeña (mejor de las dulces)
  • 1 cucharada sopera colmada de mostaza alemana (Yo la utilizo “Mittelscharf”)
  •  2 cucharadas soperas de vinagre blanco (manzana, sidra, balsámico, con especias, etc.)
  •  ½ cucharada sopera de azúcar.
  •   Sal marina
  •  Pimienta negra
  • 2 cucharadas de aceite de oliva.
  •  Perejil, o cebollino c.n.
  • 2 -3 cucharadas de mayonesa ligera (opcional)


PREPARACIÓN:
Cocemos las patatas lavadas y sin quitarles la piel. Yo lo hago al vapor en la olla rápida y son de 10 a 15 m, dependiendo del grueso de las patatas.
Si no se utiliza la olla exprés, poner a calentar agua, y cuando hierva, echar las patatas y un poco de sal. Dejar cocer durante 20-30 minutos, o hasta que, al pinchar con la punta de un cuchillo, al sacar del agua la patata, ésta no se sostenga y caiga de nuevo a la olla.
Sacar las patatas de la cacerola, y dejar enfriar por completo.

En un cazo pequeño, ponemos a calentar ½ litro de caldo de verduras.
Si es casero mejor, pero se puede utilizar también una pastilla de concentrado.
Al caldo le añadiremos el azúcar, el vinagre (en principio 2 cucharadas), 1 buena cucharada de mostaza, sal y pimienta al gusto. Removemos todo muy bien.

Dicen algunos expertos, que el aliño debe resultar muy fuerte, y ácido. Conseguir que, al probarlo, se nos pongan (cómo nosotros decimos) los dientes largos….

Para ello, tendremos que rectificar de sal y pimienta, o incluso de vinagre y mostaza.
Es decir, que todas las cantidades nos parezcan “demasiado”.



Cuando tengamos ese caldo lo suficientemente “fuerte”, añadiremos una cebolla dulce, picada muy finita. Removemos y dejamos a fuego muy leve.









Pelamos y cortamos las patatas en rodajas muy finas, que iremos echando en una ensaladera honda.











Una vez picadas todas las patatas, vertemos el caldo sobre ellas, removemos muy bien y dejamos enfriar en la nevera, un mínimo de 3 horas.






Pasado ese tiempo, las patatas habrán absorbido casi todo el caldo, y la ensalada tendrá una consistencia algo más pastosa.






Picamos unas hojas de perejil o unas ramitas de cebollino, sobre las patatas. Rociamos con unas cucharadas de aceite de oliva, removemos, y la ensalada ya estará lista para servir.











Ni que decir tiene, que esta ensalada acompaña maravillosamente a unas buenas Bratwurst






NOTA: La mostaza “Mittelscharf” es una mostaza de sabor más suave que la de Dijon. Puede ser sustituida por mostaza “A la antigua”.


Aunque no es lo habitual, esta ensalada estilo bávaro, también puede llevar mayonesa en el aliño


¡Espero que os guste!

Por mi parte, sólo me queda decir:

EIN PROSIT DER GEMÜTLICHKEIT!!


jueves, 30 de mayo de 2019

CROQUETAS DE POLLO SIN GLUTEN






¿Qué tienen las croquetas para que a todo el mundo mundial les guste?.







Pues una corteza que "croque",que envuelva a una crema suavemente sabrosa, en la que te "encuentres" el ingrediente que se anuncia.

Que no sea como en aquel chiste malísimo que contaba mi madre:
"Le pregunta un comensal al camarero: - Oiga, ¿de qué son las croquetas? -
Y el camarero responde: - Pues de gallina, de jamón,...según... -
A lo que el comensal replica: -¡Pues entonces, éstas son las de "según"...! "

El relleno de esa corteza crujiente, además de una deliciosa bechamel, será el misterio que los demás descubrirán al dar el primer bocado a esa "pelotilla americana" (cómo las llamaba mi padre).

En la mayoría de nuestras casas, las croquetas siempre ha sido un recurso de aprovechamiento. ¿Quién no ha comido alguna vez, croquetas hechas con la carne que ha sobrado del cocido?.

Pero, siempre hay otros ingredientes con los que disfrutar esos dos o tres bocados de una croqueta, (depende de la coba que le demos...jajaja)
Para eso está la imaginación del cocinero-cocinera.
Después está la ejecución.

Esta entrada se la dedico a mi prima, siempre interesada en descubrir el secreto de las "hacedoras de croquetas". 
Porque, al cabo de años y años cocinando tipos y clases de croquetas, una ya no se preocupa de medir ingredientes. Se hacen "a ojo".
Y, ¡eso es precisamente lo que no le gusta a ella!.
Quiere que le expliquen, paso a paso: cuánta harina, cuánta leche, cuánto tiempo, se necesita para hacer una buena bandeja de masa para una croquetada digna.

Pues sí. Ya digo que fueron años, y años haciendo croquetas varias, con una bechamel de las de toda la vida: harina y leche.....
Hasta que, un buen día, no te queda más remedio de eliminar la harina de trigo de tu despensa...
¿Qué hago ahora?. ¿Cómo voy a hacer mis croquetas?.

Llegaba el momento de aprender una nueva receta. Una nueva forma de preparar las croquetas....
Porque, de lo que sí estaba convencida, es que no iba a hacerlas de dos formas distintas: con gluten, o sin gluten. Yo preparo UNA SOLA MASA, y toda las personas que se sienten a mi mesa, van a comer croquetas SIN GLUTEN. Sean intolerantes, o no.

¡Vale!. El tema de la harina, resuelto: utilizar una libre de gluten. Pero, ¿y el rebozado?...
"Hay pan rallado sin gluten...", me diréis.
Sí pero, el crujiente sólo quedaba bien en el momento de hacerlas...; y yo, cuando hago croquetas, hago muuuchas croquetas....y ¡congelo!.

Además, está el tema del precio de los productos sin gluten. Algo que NO ES UN LUJO, ¡OIGA!. Y, para una montonada de croquetas, ¡necesitaría 2 o 3 bolsitas!, o comprar pan tostado y rallarlo en casa...o....sustituir el pan por otro ingrediente...
Al fin y al cabo, ya puestos a experimentar, ¡experimentemos!

Pues no me gustaban los resultados...😕😕

Acostumbrada a mi sistema: tantas cucharadas de harina, tanta leche..., ¡aquello no me quedaba igual....!.
Si utilizaba algún mix panificable, primero tenía que diluirlo con la leche, y me perdía con las proporciones...😖😖😖.
¡Tardaba horas en preparar unas croquetas medio decentes!. Quedaban blandurrias. Era un suplicio darles la forma para que no se aplastaran y se deformaran una vez rebozadas...
Las congelé un par de veces, y luego no tenían la gracia del crunch...😭😭😭.

¡Dios mío! ¿No vamos a volver a comer croquetas buenas en ésta casa?

Una mañana iba oyendo la radio en el coche: un programa de Carlos Herrera que se llamaba "la alacena", y dónde llamaban los oyentes dando sus recetas del producto de ése día. Y ese día tocaba salmón...
Llamó una señora, y contó que ella hacía croquetas de salmón, y que utilizaba harina de arroz, y ¡que le quedaban riquisimas...!!.

¡Oye!, ¿Por qué no?...
Y probé. Y aprobé 😋😋😋😋



Volví a cocinar mis croquetas cómo lo hacía antes. ¡Exactamente igual!.
La única diferencia, es que las rebozo con puré de patata instantáneo. Así queda la corteza tiesa como debe ser. Crujiente y compacta como les gusta a mis hijos, que sacan la masa con el tenedor y dejan la corteza para el final....jajaja



¡Y congelan de miedo!.

Hoy os dejo unas croquetas de pollo, como las hacía mi madre, solo que, con harina de arroz.
Especial para una dieta sin gluten




CROQUETAS DE POLLO (SIN GLUTEN)



INGREDIENTES:

· 1 pechuga de pollo (650-700 gr)
· 1 cebolla grande
· ½ diente de ajo
· 2 cucharadas soperas de mantequilla
· 2 cucharadas soperas de Aceite de Oliva Virgen
Extra
· 3 cucharadas colmadas de harina de arroz
·  ¾ de litro de leche
·  Sal
·  Pimienta molida
·  Nuez moscada
·  Huevo c/n
·  Leche

·  Puré de patata instantáneo c/n


PREPARACIÓN DE LA MASA:

Picamos la cebolla en brunoise muy fina. Se puede utilizar una picadora, pero ¡ojo!, que no quede hecha una pasta. ¡Es muy fácil pasarse!
Calentamos lentamente la mantequilla y el AOVE en una cacerola, o sartén de paredes altas.




Ponemos a rehogar la cebolla picada. A medio hacer, incorporamos el ajo picado. Dejamos que todo se poche bien.






Mientras tanto, picamos el pollo.
Igual que con la cebolla, podemos hacerlo a mano, o con una picadora. Eso va en gustos.
Cuando la cebolla con el ajo esté bien pochada, se añade el pollo, salpimentamos, y se rehoga bien.
Calentamos la leche sin que hierva, y reservamos.




Añadimos la harina de arroz. Removemos bien para cocinar la harina y que después no sepa a crudo.
Cuando se vea que la preparación ha tomado un ligero color tostado (sin pasarse), iremos incorporando la leche caliente.



Vertemos unos cazos de leche sobre la masa, y removemos con unas varillas, o una espátula de madera, para que se incorpore bien y no queden grumos de harina.
El proceso de incorporación de la leche, hay que hacerlo poco a poco, según veamos que la masa va espesando.
Rallamos nuez moscada a nuestro gusto (a mi me gusta mucho, así que le echo mucha).



A partir del momento que toda la leche esté integrada, se baja el fuego casi al mínimo y se remueve la preparación constantemente, con una cuchara o espátula de madera, para evitar que se pegue al fondo de la cacerola.






Al dejar de remover la masa, se ve cómo se forman burbujas/pompas grandes, que dejan escapar el vapor al estallar.
La bechamel estará lista en el momento que, al arrastrar la espátula o cuchara por el fondo de la cacerola, veamos que queda limpio, y la masa tarda unos segundos hasta que recupera el sitio.
Según la temperatura de cocción que se emplea, se tarda más o menos en obtener una masa óptima. Lo importante, es no dejar que se agarre al fondo de la cazuela.

Yo tardo una media de 25 minutos a fuego suave. Además, como utilizo harina de arroz, siempre me sirve de orientación que el arroz tarda unos 20 minutos en estar en su punto…. Es una referencia, para mí.


 
Volcamos la masa en una fuente plana, y dejamos enfriar totalmente. Las croquetas se formarán mejor con la masa muy fría. Así que, una vez se ha enfriado a temperatura ambiente, cubro la bandeja con una hoja de papel de aluminio, y la guardo en la nevera unas horas.






FORMA, REBOZADO Y FRITURA:


Para dar la forma característica de la croqueta, hay quien utiliza dos cucharas.
Yo me manejo mejor usando las manos.






Se coge una porción de masa con un tenedor, o una cuchara. Se reboza con puré de patata, mientras se le da la forma.

Cuando hayamos terminado con toda la masa, y tengamos las porciones rebozadas con el puré de patata, procederemos con el rebozado final, que es el que le da la textura crujiente a la cobertura.

Para ello, batimos un par de huevos y le añadimos unas cucharadas de leche, para que cunda más.






Rebozamos una, a una las croquetas, primero con el huevo batido y después con más puré de patata.






Para freír, lo haremos en AOVE a una temperatura de 140º C (+/-), hasta que veamos dorada la superficie.



NOTA:
Una vez terminado el segundo rebozado, las croquetas resultantes se pueden congelar hasta el momento de utilizar.
La textura que le da el puré de patatas al rebozado hace que, a pesar de haber sido congeladas, mantenga el punto crujiente, y deja esa “corteza” que la hace tan rica.

No hace falta descongelar, antes de freír.