domingo, 12 de julio de 2015

COCINAR EN BARRO

Al reformar mi cocina se me planteó una disyuntiva importante:
¿Placa vitrocerámica...?
¿Gas...?



El resultado debía ser algo acorde con los nuevos tiempos, obviamente. Pero..., ¿cómo iba yo a utilizar mis cazuelas de barro...?. ¿Cómo guisaría una merluza en salsa verde..., unas cocochas..., unas almejas a la marinera..., o un bacalao al píl-píl...?.

Y, es que,  uno de mis imprescindibles en la cocina son los cacharros de barro, y las cucharas de palo, entre otros...

La última cazuela que se me rompió, la había heredado de mi madre...¡lo digo en serio!.
Una buena cazuela, si se cuida bien, puede durar....., ¡ y durar...!. Y, además, se debe poder utilizar directamente al fuego





Pero no te puedes fiar de todo el barro que reluce por ahí.

NOP !





¡Desconfía de esas cazuelas tan brillantes y esmaltadas que se ven!.
Una buena cazuela debe tener un aspecto tosco, pesar mucho, y no debe tener esmaltada la parte inferior del recipiente.(Aunque el interior esté esmaltado, el fondo y la pared, por la parte externa, debe ser solo barro)





Hoy quiero hablaros de PERERUELA.


Es una población pequeña de la provincia de Zamora, en cuyas alfarerías se fabrican las mejores cazuelas de barro que conozco.

En realidad, los barros de  la provincia de Zamora gozan de una fama inmejorable. Con ellos se fabrican hornos refractarios, y todo tipo de asadores y utensilios...


Bueno, pues. Yo quería un asador de barro de Pereruela, sin tener que ir a Pereruela a comprarlo...



¡No se encuentran en cualquier sitio...!




Debes buscar en buenas ferreterías..., porque YA NO HAY CACHARRERÍAS en ninguna parte.


Yo tuve que llamar a la fábrica para que me dijeran cuales eran sus distribuidores en Madrid...


Cuando encontré la tienda, compré DOS cazuelas !!, y ¡ me enamoré de un puchero ! (que más tarde me agencié...!, jejeje)

Y, no es por capricho!.
¡Os digo que ciertos guisos en barro saben de otra manera...!

Bien. Ya tengo mi cazuela.

Pero, ésto no es llegar y besar al Santo...

Ahora hay que CURARLA.

Igual que mi padre "curaba" una bota de vino recién comprada, antes de estrenarla...


Para "curar" las cazuelas de barro hay varios sistemas, con un único fin: cerrar los poros.
Hay quien las frota con dientes de ajo..., hay quien las llena de agua y vinagre y las pone a cocer...

Yo he hecho lo siguiente:
Las he sumergido en la bañera llena de agua, y las he dejado ahí casi por 24 horas.
Después, las he sacado y dejado secar muy bien antes de usarlas por primera vez.
Estas cazuelas pesan mucho, son de un barro muy resistente. Así es que, ¡han tardado casi otras 24 horas en secarse!.
En teoría, ya están listas para usar...

Como medida de precaución, antes de hacer un asado en el horno, he preferido empezar por algo a fuego directo...

Esa es otra...!
Cuándo se guisa en barro, hay que empezar con un fuego mínimo y que el cacharro vaya tomando temperatura. No conviene meterle mucha caña desde el principio.
También es conveniente, dejar enfriar del todo antes de fregar.
Es decir: que no haya cambios bruscos de temperatura.

Siguiendo estas pautas, tendremos una cazuela para rato..., ¡¡ mucho, mucho rato...!!
¡¡Os lo aseguro!!...


¡Ah!.
Al final resolví el tema de la reforma de un modo salomónico:
Un dúo de gas, y un dúo de inducción. 

¡Así soy más feliz, que una perdiz!





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