domingo, 22 de mayo de 2016

MARQUISE DE CHOCOLATE

Marquise de Chocolat::Denominación que se le da a diferentes pasteles o postres que tienen como ingrediente principal el chocolate




¡Lo ha conseguido!

Sí. Mi hija por fin ha conseguido que le haga una tarta de chocolate para su cumpleaños.

¡Mira que soy poco amiga de las tartas de chocolate!.
A mí el chocolate me gusta..., pero en pequeñas "diócesis" (cómo decía un amigo de mi padre...).
Una tarta de chocolate suele ser una "bomba". Aunque no le pongas casi azúcar...

¿Pero una hija, es una hija...!
Y yo, "por mi hija: MA-TO"...
¡Vaya, que me vuelco al 100 % cuando tengo que hacerle una fiesta!.



Se que hay una tarta que se llama "MUERTE POR CHOCOLATE". Es decir, que además de que la tarta esté "de muerte", debe ser una bomba de relojería.... mortal; y solo de pensarlo me pongo atacada.
Me gusta el dulce..., pero no tanto...



Navegando por la Red, descubrí los vídeos de "COCINEROS ARGENTINOS", y ni corta ni perezosa, decidí que iba a hacer una "torta" MARQUISE.

Me hizo mucha gracia cómo explicaban la receta, ¡y es taann fácil...! que, cómo no iba a dar gusto a mi hija (por ésta vez....).

Luego está lo del nombre: "MARQUISE".
En francés. Lo que no es tan claro, es el origen de la tarta. Sí que fueron los franceses los primeros en incorporarle huevo.




Ésta es la receta. Cómo es habitual, es sin gluten.

 TARTA MARQUISE DE CHOCOLATE

INGREDIENTES:

Para la base:
  •     200 gr. de galletas de chocolate sin glúten
  •     100 gr. de mantequilla derretida.

Para la Marquise:
  •     50 gr de azúcar
  •     250 ml de leche
  •     3 yemas
  •     500 gr. de chocolate negro
  •     400 ml de crema de leche (35% M.G.)
  •     35 ml de agua
  •     7 gr de gelatina neutra 

PREPARACIÓN:





Derretimos la mantequilla y la dejamos enfriar.




Trituramos las galletas hasta dejarlas hecha harina.




Mezclamos con la mantequilla y disponemos la masa resultante en la base de un molde desmontable. 






Para que quede más lisa la tarta, y cueste menos desmoldarla, revestimos el interior del molde, con una faja confeccionada con una hoja de acetato.
Yo he utilizado un aro de 24 cm. Si es menor el diámetro, la tarta quedará más alta.





Picamos los 500 gr. de chocolate. Podemos hacerlo en una procesadora de alimentos, o a mano. (Yo lo meto en una bolsa de cierre de zip y le doy “cien” golpes con una maza de madera…”Fuerza bruta”)

Mientras preparamos la crema de chocolate, llevamos la base de galleta a enfriar.


Prepararemos una crema inglesa con las tres yemas.

Para ello, calentamos la leche con la mitad del azúcar, y batimos las yemas con el resto. Cuando la leche esté tibia, volcamos sobre las yemas sin dejar de batir; así evitaremos que se cuajen. Llevamos la mezcla al fuego, (medio/bajo) y removemos constantemente hasta que empiece a espesar. Tiene que “napar” la cuchara.
La crema inglesa es como una salsa. Debe quedar bastante más líquida que unas natillas. Conoceremos cual es su punto exacto, cuando la cuchara de palo se cubra de crema y podamos pasar un dedo sobre el revés, dejando un surco en la superficie, sin que se vuelva a cerrar.



Llegado a éste punto, vertemos la crema inglesa sobre el chocolate troceado, y dejamos actuar durante unos minutos. Luego removemos con una espátula. El chocolate se fundirá fácilmente, porque lo hemos picado mucho. Reservamos.




Montamos la nata dejándola cremosa (no hace falta dejarla fuerte). Cuando el chocolate esté tibio, le incorporamos la nata, mezclando suavemente con movimientos envolventes.
Hidratamos 7 gr de gelatina neutra en 35 gr de agua. Llevamos al fuego, calentamos (sin que hierva), y disolvemos la gelatina. Dejamos enfriar.
Añadiremos unas cuantas cucharadas de crema de chocolate a la gelatina, mezclando bien para que enfríe. Después integraremos al resto de la crema de chocolate.
(Con la gelatina, damos cremosidad al chocolate, evitando que se apelmace y endurezca la preparación).

Volcaremos la crema sobre la base de galleta y dejaremos enfriar por un mínimo de 4 horas. (Cómo siempre digo, mejor de un día para otro)

A la hora de desmoldar, quitamos el aro y la faja de acetato con suavidad.







Pasamos nuestra tarta al plato de presentación y adornamos a nuestro gusto.






En ésta ocasión, yo he hecho virutas de tres clases de chocolate: blanco, negro y con leche. Y he alternado los tres sobre la superficie de la tarta.

La verdad, es que tiene un aspecto inmejorable, pero no deja de ser una “bomba”.






Es un postre frío, similar a una mousse








Me gusta el chocolate, pero reconozco, que así llena demasiado…..


¡Ya me contaréis!


lunes, 16 de mayo de 2016

ESTAMOS DE PRIMERA COMUNION

Cuando mi tita Amelia me comunicó que iba a ser mamá, y que yo sería la madrina de su bebé, estaba perpetuando  una relación con ella que durará para el resto de mi vida.

Alguien que llega a tu mundo, cuando eres tú misma otro bebé, que te quiere, te cuida, te educa,  te mima....; que es "algo más" ....

Y, sí. Soy la Madrina de su hija mayor...., y madrina "in pectore" de sus hijas menores.

Mi madre y su prima. Que fueron primas del alma, que se profesaban un cariño inconmensurable, por encima de muchas cosas. Que han sido hasta el final de sus días, la una para la otra..., a pesar de su diferencia en edad...., que han sido hermanas, con un amor más que de hermanas....

Mi "Tita Mela", ha procurado así mismo, mantener esa relación entre sus hijas y yo, de tal manera, que nunca me he visto excluida de aquellas celebraciones íntimas y sencillas en las que solo ha participado el círculo familiar más cercano, más estricto: Nada de tíos, nada de primos...., pero Conchita que no falte....

Y ahora, Conchita y familia.

Por eso, cuando una de mis ahijadas "in pectore", me informa que su hijo tomará la Primera Comunión tal día, y que comerán en casa, y que cuentan conmigo...., ¿qué creíais que iba a hacer?.

Pues ocupar, por un momento, ese hueco que tienen encomendado las madrinas. Y echar una mano a mi ahijada, cómo su madre lo hubiera hecho. Con todo mi amor, y todo mi cariño.





Y lo he hecho  llevando una tarta y unos pasteles. La tarta especial para el comulgante, de su equipo del alma...,- que es el mío -, y unos pastelillos para acompañar...





No voy a poner las recetas, sólo los enlaces, porque todo está escrito...


Comentaros, que la tarta lleva el bizcocho de la Selva Negra (aquí), y dos capas, una con trufa y mermelada de cereza y otra muy fina con nata.

Para el colocar el escudo, fundí chocolate blanco, ya que la hoja de papel de azúcar no se puede colocar sobre nata.
En lugar de las típicas virutas de chocolate, pulvericé los recortes de bizcocho, y los utilicé para cubrir la nata.



Los cupcakes Hi Hat (aquí), fueron una aportación sin gluten, porque en la familia de mi "ahijado consorte", hay celíacos.
Para terminar, no pude resistir la tentación de hacer unos mini cupcakes de pistacho con la receta del bizcocho de la tarta Annapurna (aquí). Los rematé con una crema de mascarpone y quark a partes iguales, un par de cucharadas de azúcar glacé, y otro par de cucharadas de frambuesa liofilizada y pulverizada.

Deciros, que pasaron con éxito el control de calidad Irlandés....jijiji






LA ANÉCDOTA: Después de prepararse una base de chocolate blanco al muñequito, ¡¡¡ se me olvidó ponérselo a la tarta.....!!!
(Lo digo en letra pequeña para que no se vea...., fiu, fiu, fiu...)


¡¡Qué bien lo pasamos!!




lunes, 2 de mayo de 2016

TARTA MOUSSE ANNAPURNA



Acaba de ser noticia que un señor de 77 años ha hecho cima en el Annapurna. Se llama Carlos Soria, y no es el primer "ochomil" que alcanza.
Tengo entendido, que es uno de los más peligrosos, por no decir el que más.

No es que yo sea muy aficionada a éste deporte extremo, aunque tengo un amigo que sí lo es, y me mantiene al corriente a través de su facebook.

Según la wikipedia, en el hinduísmo, Annapurna es el nombre de la diosa de la comida y la cocina.

Seguramente era por eso, que se llamaba así nuestro restaurante indio favorito de Madrid. Restaurante dónde hemos disfrutado de muchas celebraciones familiares, y que cerró sus puertas en 2014.

Después de aquellas comidas tan opíparas, yo me tomaba un postre ligero: una mousse de yogurt con papaya  y mango.




Esta tarta es una reminiscencia de aquel postre. Por eso, la he bautizado con el nombre ANNAPURNA.


Le he añadido una base de bizcocho de pistacho. La receta es de Patricia Arribálzaga, de su libro "Postres de Alta Costura"; pero adaptada al mundo sin gluten.









Los tres colores del pastel, recuerdan vagamente a la bandera de la India.






Es mi pequeño homenaje a la cocina India.
Espero que os guste

TARTA MOUSSE ANNAPURNA
Base de bizcocho de pistacho, mousse de yogurt y mousse de papaya con gelée de mango
Ingredientes para la base:
  •          150 gr de pistachos molidos muy finos
  •         120 gr de azúcar
  •          3 huevos (clase L)
  •          43 gr de harina Mix dolci “C”, de Schär.
  •          1/2 cucharilla de levadura en polvo
  •          1 pizca de sal.
  •          43 gr de mantequilla
  •          2 cucharadas de zumo de naranja.

NOTA: Para que el bizcocho quede de color verde, hay que utilizar pistachos crudos y pelados. Yo los conseguí en la sección ecológica del supermercado de El Corte Inglés. Están pelados y crudos, lo que evita cualquier contaminación cruzada.

Preparación:
Derretimos la mantequilla y reservamos. Se separan las claras de las yemas. Las claras se reservan, y las yemas se baten con el azúcar hasta blanquear (KA a velocidad máxima, 5´). Incorporamos la mantequilla derretida y el zumo de naranja. Batir hasta integrar.
Mezclamos la harina, la levadura y la pizca de sal; tamizamos 2 veces, y la mezclamos con los pistachos (Yo utilizo unas varillas para revolver bien la mezcla).
Montamos las claras a punto de nieve.
Al batido de las yemas iremos incorporando la harina con los pistachos, alternando con las claras. Mezclamos suavemente con una espátula. Terminamos con las claras a punto de nieve.
Vertemos en un molde de 26 cm. de diámetro, previamente untado con mantequilla y enharinado.
Hornearemos a 180º durante 1/2 hora (bandeja a ½ altura, con calor arriba y abajo).
Al pinchar con un palillo, puede que no salga completamente seco, debido al aceite de los pistachos.
Desmoldamos, y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Con el aro de un molde de 22-24 cm, recortamos la base. Así eliminamos la parte exterior, más tostada y seca, y dejamos el bizcocho más verde.

Ingredientes para las mousse:
  • 400 ml de nata para montar (mínimo de 35% MG)
  • 300 gr de yogurt griego
  • 2 cucharadas de leche
  • 120 gr de azúcar glacé
  • 300 gr de puré de papaya
  • 4 cucharadas de leche en polvo para estabilizar la nata ( o 2 sobres de Natafix de Dr. Oetker)
  • 2 sobres de gelificante vegetal (Agar-Agar)
  • Un frasco de mermelada de mango de 170 gr.
  • 50 ml De agua
  •  ½ sobrecito de gelatina neutra.

Preparación:
Montamos la nata bien fría, con las cucharadas de nata en polvo, o el Natafix. La dejamos semi montada, que sea como una crema. Reservamos.
Separamos unas cucharadas de yogurt, y batimos el resto con el azúcar glacé.
En un cazo pequeño, ponemos a calentar las cucharadas de yogurt que hemos separado a las que añadimos un par de ellas de leche y un sobrecito de Agar-Agar. Removemos, y cuando lleguen a ebullición, dejamos cocer 2 minutos. Retiramos y dejamos enfriar.
Para enfriar poco a poco, iremos añadiendo cucharadas de crema de yogurt a la mezcla del gelificante. Una vez fría, volcaremos sobre toda la crema de yogurt, mezclando muy rápido con unas varillas, para evitar que se coagule.
A continuación, separamos la mitad de la nata montada, y la incorporaremos a la crema de yogurt, removiendo muy bien.


Preparamos la base de bizcocho sobre una bandeja o sobre el plato de servir. Colocaremos un aro alrededor del bizcocho para evitar que se deforme con el montaje.


Vertemos la mousse de yogurt sobre el bizcocho, y repartimos bien por toda la superficie, dejándola igualada y lisita.

Llevamos a la nevera a enfriar.

Mientras tanto, prepararemos la mousse de papaya.

Quitamos bien todas las pepitas, pelamos, troceamos y trituramos en una batidora, dejando un puré muy fino. Separamos 300 gr. Reservamos el resto, por si lo necesitamos.

En un cazo pequeño, separamos unas cucharadas de puré de papaya para añadir el gelificante. Seguiremos el mismo procedimiento que con el yogurt.
Cuando toda la papaya esté mezclada con el agar-agar, añadiremos el resto de la nata montada. Si vemos que no nos queda muy naranja, añadimos una cucharada o dos del puré de papaya que teníamos reservado.

Repartimos la mousse de papaya sobre la de yogurt, y volvemos a enfriar.

Para hacer la gelée de mango, he utilizado un frasco de mermelada de 170 ml de mi última “cosecha”. Cómo me parecía muy dulce, y además, era poco para cubrir la superficie de la tarta, he añadido unos 50 ml de agua.


Calentamos suavemente la mermelada con el agua, mientras se hidrata ½ sobrecito de gelatina neutra. Retiramos del fuego, e incorporamos la gelatina y removemos con unas varillas hasta que se diluya.
Repartimos con una cuchara sobre la superficie de la mousse y volvemos a llevar al frigorífico.

En el momento de servir, desmoldaremos con cuidado, pasando un cuchillo fino entre el aro y el pastel.




Annapurna:

Si Carlos Soria ha podido, ¡Nosotros tambien!