lunes, 30 de enero de 2017

FLAN DE HUEVO EXPRÉS.

Y, digo EXPRÉS.

¿Cuántas veces hemos estado tan atareados que, llegado el momento de pensar en el postre, no hemos sabido que hacer?.
Queremos agasajar a nuestros invitados, pero ya no tenemos más tiempo material para hornear, rellenar y decorar un pastel....

O bien. Somos nosotros los invitados a una reunión y no tenemos ese tiempo del que hablo. Y tampoco queremos recurrir a la típica "bandeja de pasteles" porque, seguro, que ya hay otro invitado que ha pensado lo mismo...., y claro, a nosotros nos gusta ser originales...

¿Qué podemos hacer...?

Pues ese postre que pide todo el mundo cuando en la carta del restaurante no hay nada que te convenza....




¡ Un flan, naturalmente !

¡No falla!. ¡¡Le gusta a todo el mundo...!!




Si además, seguís mi receta, lo haréis en un momento....
Solo hay que disponer de los ingredientes necesarios: huevos, leche y azúcar. Una flanera y ...la olla exprés.

Sí. Habéis leído bien.
Una olla exprés
Os digo, que yo no se hacer un flan de otra manera...¡Ni se me ha pasado por la cabeza hacerlo en el horno!.

Quedaréis sorprendidos de la rapidez con la que se hace. Ya no os dará ninguna pereza. Pero, lo que más vais a agradecer es la pregunta que os harán vuestros invitados:
"¿Lo has hecho tú...?"


Así es que, ¡manos a la obra!

FLAN DE HUEVO




 INGREDIENTES (para 6 – 8 porciones)
  •  ½ l de leche entera
  •  6 huevos XL
  •  6 cucharadas soperas colmadas de azúcar blanquilla
  •  La piel de 1 limón
  • 1 palo de canela en rama
  • 3 o 4 cucharadas soperas de azúcar para caramelizar el molde.






IMPRESCINDIBLES: Flanera metálica con tapadera y olla exprés.

PREPARACIÓN:

Lo primero que tenemos que hacer, es caramelizar el molde (flanera).
Yo siempre lo hago a fuego directo.







Se echan las 3 o 4 cucharadas de azúcar en el fondo y se pone a fuego lento para que se vaya haciendo poco a poco el caramelo.









Hay que vigilarlo para que no se queme y se ponga demasiado oscuro, porque nos “amargaría el dulce” (Y ésta vez, es literal…).
Cuando veamos el líquido dorado y de un bonito color, apagamos el fuego.







Ayudados de unas buenas manoplas antiquemaduras, vamos girando la flanera, para que se reparta bien todo el caramelo por el fondo y las paredes. Hay que tener paciencia. Cada vez será más lento porque se va solidificando. Debemos procurar que quede todo por igual.






UN TRUCO: La relación de “salsa” resultante, es directamente proporcional al azúcar empleado para hacer la operación anterior.






Dejaremos enfriar la flanera. De vez en cuando, oiremos algún que otro “crac”. Según se va enfriando el caramelo, éste va crujiendo; pero, ¡tranquilos!, no se rompe…



 Seguimos.
En una cacerola mediana, pondremos la leche a calentar a fuego moderado, con las 6 cucharadas de azúcar, la piel de 1 limón, y el palo de canela. Iremos removiendo con una cuchara de palo. Cuando se ve que llegamos al punto de ebullición, y la leche empieza a subir, retiramos del fuego y dejamos enfriar.






OTRO TRUCO: Para acelerar el proceso del enfriamiento, echo agua fría en el fondo del fregadero y pongo ahí la cacerola. Remuevo de vez en cuando, hasta que está tibia la leche.










Batimos los huevos. No demasiado. Lo suficiente para que estén bien ligadas las yemas con las claras. No interesa batir en exceso, porque se llena de aire la mezcla, y el flan nos quedaría con “ojos”.





Colamos la leche sobre el recipiente dónde hemos batido los huevos. Removemos hasta incorporar.







Vertemos  en  la flanera. Tapamos bien, y (ahora viene lo bueno) ¡a la olla!










Utilizaremos el cestillo o rejilla, que traen las ollas para cocer las verduras al vapor. Pondremos +/- unos 250cc de agua en el fondo.
Cerraremos la olla, con la presión al máximo. Cuando salgan los 2 aritos de la válvula, bajamos el calor hasta mantenerlos así durante 25 minutos.




Cuando haya salido todo el vapor y se pueda abrir la olla, sacaremos la flanera y dejaremos enfriar hasta que podamos llevarla al refrigerador.


Para consumir, se desmolda fácilmente:
Pasamos un cuchillo entre el flan y las paredes de la flanera. Tapamos ésta con la fuente dónde la vayamos a presentar, y volcamos las dos cosas juntas.
Es preferible utilizar una fuente, o un plato llano que sea amplio. Hay que tener en cuenta, que el caramelo del molde, se nos va a licuar, y no queremos que se desborde el plato de presentación, ¿verdad?.





Si queréis dar un toque más sofisticado a éste postre tan sencillo y familiar, se puede completar la presentación acompañándolo de nata montada o alguna fruta en almíbar, cómo piña, o mandarinas. En ése caso, antes de desmoldar el flan, volcamos la flanera semi-destapada, para dejar caer la salsa en un cuenco, o salsera. La llevaremos a la mesa para repartir según el gusto de cada comensal.






Y responderéis...."¡Claro.... Lo he hecho yo!"😊

martes, 17 de enero de 2017

SOLOMILLO WELLINGTON




... La batalla continúa...

Primero fue en España, después en Waterloo...





Tal fue el varapalo que le dio Arthur Wellesley, primer Duque de Wellington, a los franceses, que éstos aún se niegan rotundamente a reconocer su "platillo favorito" con el nombre de "Solomillo Wellington", y lo denominan "Boeuf en croûte".

Aquí también se llama: solomillo al hojaldre. Y, cómo estamos entre dos bandos podemos elegir el nombre que más nos guste.

Personalmente opino, que el origen de éste plato es francés. Y que el Sr. Wellesley se aficionó a él, tanto, que ya era algo obsesivo compulsivo....
Al final, los ingleses rebautizaron el Boeuf en croûte, cómo "Beef Wellington"

Pero, tal vez sea todo pura leyenda....

A lo que iba...
No se me ocurría qué preparar para cenar el día de Nochevieja...
(Ay que cansada estaba...! )
Y, entonces mi prima me sugirió ésta receta.
Incluso, me recomendó "tirar por la calle de en medio", facilitando la labor con productos ya preparados: Cebolla caramelizada para sustituir la duxelle, por ejemplo....





Pero, a mi me gusta complicarme la existencia....






Para empezar, ¿qué es una "Duxelle"?. Pues es un picadillo con base principalmente de champiñones,  muy típico de la cocina francesa, e ingrediente imprescindible de ésta preparación.
Una "duxelle" puede emplearse como una salsa, o como farsa para rellenar.
En la receta de hoy, más bien se utiliza como farsa.

Las primitivas elaboraciones del Boeuf en croûte o Beef Wellington, se realizaban con trufas (Sí, las Tuber melanosporum, de toda la vida), y con foi de pato. Poco a poco, al hacerse más popular, los ingredientes se fueron sustituyendo con elementos más económicos, pero igual de sabrosos.

La verdad, es que resulta un plato excelente para una celebración. Se puede elegir entre una pieza de solomillo de ternera, o una de solomillo de cerdo.
Yo lo preparo con solomillo de cerdo. Queda muy jugoso y resulta bastante más barato, obviamente...

Ésta es la receta del 

SOLOMILLO WELLINGTON
(Solomillo al hojaldre)

INGREDIENTES para 4 pax:

· 1 solomillo de cerdo de  600 gr.(+/-)
·  ¼ kg de champiñones.
·   2 - 3 chalotas
· 80 gr. de foi – gras de oca o de pato.
·   Mostaza de Dijon
·   1 plancha de hojaldre
·   1 huevo
·   Aceite de oliva
·   Sal
·   Pimienta

PREPARACIÓN:

En primer lugar, quitamos el exceso de grasa al solomillo (si lo tuviera), y le cortamos la punta para darle una forma bonita.
Salpimentamos la pieza.
Ponemos un chorro de aceite en el fondo de una sartén y sellamos la carne por todas partes para evitar que pierda sus jugos.







Cuando el lomo esté dorado, lo dejamos enfriar en una fuente.

Preparamos la Duxelle

En el aceite que nos sobra, pochamos las chalotas picadas muy finas.





Mientras se rehogan, vamos picando los champiñones en una brunoise muy fina. Los incorporamos a las chalotas, cuando éstas se hayan pochado.
Dejamos que se evapore la humedad de las setas.
Se le puede añadir alguna hierba aromática, como tomillo o salvia. Yo le puse una pizca de trufa que tenía….





En el momento de retirar de la lumbre, añadiremos el foi-gras.
Mezclamos todo muy bien. Dejamos enfriar.










Embadurnamos la carne con mostaza de Dijon. Yo usé  Mostaza a la Antigua.







Preparamos una hoja de film transparente.
Disponemos la duxelle haciendo un rectángulo de, más o menos, la longitud del solomillo.







Ponemos el lomo en el centro del rectángulo.
Nos ayudamos del film para enrollar la duxelle sobre la carne.








Hacemos un paquete, cerrando perfectamente los extremos.
Dejamos enfriar en la nevera por espacio de 20 minutos. Con éste truco, después no tendremos problemas a la hora de envolver con el hojaldre






Precalentamos el horno a 200º C.





Desenrollamos la plancha de hojaldre.

He tomado medida del largo del rulo. Me he servido de la brocha de silicona.

También he recortado un poco de hojaldre para la decoración.




Una vez bien frío el rulo, le quitamos el film, y lo envolvemos con el hojaldre. Dejaremos el cierre para la parte de abajo.
Pincelaremos con huevo batido para que se pegue la unión.



Pasamos el nuevo paquete a una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado.
(Podemos usar el que trae la plancha de hojaldre).


Pincelamos toda la pieza con el huevo batido.





Con un rodillo de decoración, recortamos la pequeña pieza de hojaldre que hemos separado.

Separamos las tiras formando la celosía, y de nuevo pincelamos con huevo sobre ella.




Introduciremos en el horno a media altura, con calor arriba y abajo, y hornearemos por espacio de 30 minutos. O hasta que veamos dorado el hojaldre.
10 minutos antes de finalizar la cocción, repasaremos la superficie con el huevo batido.

Dejaremos enfriar la pieza alrededor de 20 minutos antes de servir.








NOTA: La carne debe quedar jugosa. Es muy importante el sellado previo, que no debe ser excesivo. El precalentamiento del horno y no pasarnos de tiempo. Claro que, si hay a quien le guste más hecha la carne, se puede dejar unos minutos más dentro del horno, con éste apagado,  protegiendo el hojaldre para que no se queme.




sábado, 7 de enero de 2017

CRÈME BRÛLÉE

Bueno.
Oficialmente se han acabado las Fiestas Navideñas.
Ufff, qué alivio!
Os doy permiso para que desmontéis vuestros Belenes y arbolitos.
Aunque, hay quien pueda agarrarse a la fiesta, igual que a un clavo ardiendo, con la excusa de que: "Hasta San Antón, Pascuas son".



Atrás quedaron días de festejo y gula desenfrenada. De celebraciones con los amigos que quieres, y con la familia...., que no quieres tanto. 

Aaayyyy!!, ¡¡Cuánto amor derrochado!!.
¿De verdad?, ¿De verdad os lo habéis pasado bien?....

A todos nos encantan éstos días pero, cada vez oigo más la frase :"¡¡Odio las Navidades...!!"
¿Por qué será?
Tal vez, porque se va corriendo a todas partes...?

...De casa al trabajo..., del trabajo a la compra...., de la compra a la cocina...., de la cocina a la mesa.... Recoger la cacharrería..., la lencería..... 
De nuevo al trabajo..., de nuevo a la compra..., de nuevo a la cocina....¡¡Otra vez la cacharrería, y la lencería.....!!

Y, entre medias, algún viaje que otro.... a casa de la familia lejana...
Aquí, hay algo que falla....

Y, es que, la Tradición ha dado paso a la Obligación, cómo la costumbre a la Ley...
Y las obligaciones, nos gustan muy poco...

¡Ale!, ¡Ya podéis ir pensando el menú para el próximo año!.
¡No perdáis el tiempo!.
Si no fuera por nuestra planificación, todas esas comidas, meriendas y cenas que hemos disfrutado con amigos (y enemigos), no habrían resultado ni tan buenas, ni tan espectaculares.
Ésto es una Empresa. Y, en una empresa se planifica todo un año con antelación...
Desde: cuándo tomar las vacaciones y a dónde ir. Hasta: qué se va a comer cada día festivo del año... y qué postres vamos a hacer.
Así es que, ya podéis sacar el cuaderno y tomad buena nota del postre que he hecho para la última gran comida navideña.
Un postre que se puede hacer la noche anterior y que es más sencillo que el mecanismo de un chupete... 

Clásico.
Francés, aunque de origen inglés.
Hoy no he querido contar la historia del postre (que la tiene), para eso está la wikipedia...
(Ahora, me he quedado bien a gusto con el rollo que os he soltado...jajaja)

   CRÈME  BRÛLÉE

INGREDIENTES:

Para 4 ramequines, o cazuelitas refractarias.




  • 5 yemas de huevo
  • 100 gr de azúcar
  • 1 vaina de vainilla de Madagascar (Bourbon)
  • ½ L de crème fraîche



PREPARACION:





Separar las yemas de las claras.
Si se hace con un artilugio como el de la foto, resulta mucho más rápido y sencillo









Batir las yemas de huevo con el azúcar hasta que blanqueen y queden esponjosas.











Abrir longitudinalmente la vaina de vainilla y raspar las semillas con un cuchillo. Echar las semillas a la mezcla de yemas y batir hasta que se incorporen.








Añadir parte de la crema fresca y mezclar un poco, después echar el resto de la crema y batir más enérgicamente.









Verter la mezcla en los recipientes que tenemos preparados en una bandeja de horno.






Llenar de agua hasta los ¾ de altura de los ramequines y dejar cocer al baño María a una temperatura de 100º (max. 135ºC, dependiendo de los hornos).

En el mío, como es tan grande, hay que poner más temperatura.
Hornear por espacio de 50 – 60 minutos.





Dejar enfriar a temperatura ambiente, en la misma bandeja. Después introducir en el refrigerador para que estén bien fríos.



QUEMAR:





Repartir una cucharada de azúcar  por la superficie de los recipientes y quemar con un soplete de cocina. No tostar demasiado para que el caramelo no quede amargo.

La parte quemada, tiene que ser fina y sólida; que al comer cruja en la boca y haga contraste con la cremosidad del postre. Para ello, hay que quemar unos minutos antes de degustar; si no, se disuelve el caramelo y no cruje.






NOTA: Hay quien calienta un poco la crème fraîche, e infusiona en ella la vaina de vainilla (una vez raspadas las semillas). Dejar enfriar la crema antes de incorporar a las yemas.



¿Por qué hay cinco ramequines en las fotos...?
Porque, los huevos eran talla XL, y me salió uno más...😏