Iniciamos éste nuestro tercer año en la Red, con un postre de celebración.
En ésta, por supuesto.
El postre elegido fue una PAVLOVA.
Nunca la había hecho, hasta ayer.
Había horneado merengue muchas veces, pero no como base de una tarta. La verdad, es que es todo un reto.
Creo que, para ser la primera vez, no me quedó mal. Pero para la próxima, tengo que hacer más alto el montón del merengue.
El horno funcionó a la perfección. Como está tanto tiempo dentro, y mi horno es tan grande (90 cm.), tuve la temperatura siempre entre los 100 y 120 grados C, y después de la primera hora, tapé el merengue con un papel de aluminio para evitar que se tostara demasiado.
Quedó bastante bien, pero ya digo, para la próxima, más gruesa la capa del fondo.
¿Porqué una Pavlova?
Porque ya estamos en Primavera. Y no hay postre más típico de la primavera que las fresas con nata. Sólo que esta vez, el recipiente lo hemos sustituido por un merengue.
La verdad, es que es un postre espectacular, y nada empalagoso. El merengue queda crujiente por fuera, y esponjoso por dentro. Además, creo que las proporciones de azúcar que utilicé (para las dos cosas, merengue y nata), fueron las justas. Nadie me recriminó que la nata estuviera poco dulce (no suelo ponerle mucha azúcar, porque me gusta más natural, por lo que siempre hay protestas...)
Aún hoy en día, dos países se disputan la invención del mismo. Y es que la primera vez que se hizo fue durante una gira que realizó la bailarina ANNA PAVLOVA por Australia y Nueva Zelanda.
Aunque, también hay quien dice que se llama así, porque en una ocasión, alguien que lo estaba degustando exclamó: "es más ligero que la PAVLOVA".
Y es que, tenía razón. Es un postre más ligero de lo que parece....
TARTA PAVLOVA
INGREDIENTES (para el merengue):
- 6 claras de huevo a temperatura ambiente
- 40 gr de azúcar blanquilla
- 170 gr de azúcar glacé
- 10 gr. de maicena
- ½ cucharadita de extracto de vainilla
- 1 cucharada de vinagre blanco
- 1 pizca de sal
INGREDIENTES (para el
relleno):
- 500 ml de nata para montar (35% M.G.)
- 1 cucharada sopera de leche en polvo
- 2 cucharadas colmadas de azúcar glasé
- Frutos rojos
PREPARACIÓN:
La noche anterior al consumo de la tarta, prepararemos un merengue francés y lo hornearemos. Esto último requiere de bastante tiempo, por lo que es recomendable hacerlo la noche anterior, si la vamos tomar de postre, en la comida del medio día.
Procedamos:
Cubrimos una bandeja de
horno con un papel sulfurizado, al que habremos pintado un círculo de 22-23 cm
de diámetro. Daremos la vuelta al papel, para que el merengue no toque la tinta
Lavamos los huevos que
vayamos a emplear, y separamos las yemas de las claras. No recomiendo utilizar
claras pasteurizadas, porque no se montan igual de bien.
Guardamos las yemas en el
refrigerador, cubiertas con leche. Se pueden utilizar en tortillas, o hacer un
flan, (p. ej.)
Con un batidor de varillas,
montaremos las claras con una pizca de sal. Primero a media potencia, hasta que
espumen bien.
Seguidamente, le incorporamos
el azúcar blanquilla y aumentamos la potencia al máximo.
Cuando haga picos blandos,
añadimos el azúcar glacé y la maicena, juntos y tamizados. La maicena, dará más
consistencia al merengue que vamos a cocer.
Seguimos batiendo por
espacio de 8-10 minutos, hasta comprobar que quedan picos duros. En ese
momento, añadiremos la cucharada de vinagre, y el extracto de vainilla.
Batimos, hasta incorporar.
Una vez bien montado el
merengue, echamos unas buenas cucharadas en el centro de nuestro círculo. Hay que
procurar que el papel se mueva lo menos posible. Yo le puse una gota de
merengue en cada esquina, para fijarlo a la bandeja de hornear.
Extendemos el merengue hasta
el límite del círculo. Hay que formar una capa bien gruesa.
Para continuar, tenemos dos opciones:
1ª), seguir echando todo el
merengue sobre la base que hemos construido, para finalizar haciendo en el
centro un hueco, con el reverso de una cuchara. De manera que formemos una
especie de cuenco, o recipiente.
2ª), ir haciendo “paredes” a
la base, disponiendo pegotes de merengue todo alrededor del borde del círculo,
hasta construir ese hueco central.
Yo he optado por la 2ª.
Por supuesto, nada más
ponernos con las manos en la masa, hemos enchufado nuestro horno, para que vaya
precalentando a 120º con calor arriba y abajo, sin aire.
Así, llegado el momento,
introducimos la bandeja en horno, a baja altura (casi, casi, la más baja). Horneamos
durante 1 hora.
Pasado ése tiempo, bajamos
la temperatura a 100º, dejamos calor
solo abajo, y horneamos durante 2 horas más.
Esto es un poco orientativo,
todo depende de cada horno. Lo que tenemos que ver, es que la superficie esté
como una costra, y que no se nos dore demasiado ( Pondremos encima un papel de
aluminio para evitarlo).
Dejaremos nuestro merengue toda
la noche dentro del horno apagado, para que con el calor se termine de secar.
Al día siguiente
rellenaremos. Y lo haremos, como máximo, solo un par de horas antes de consumir. De lo contrario, nuestro merengue se humedecerá con la nata y se pondrá "gomoso".
Montamos la nata, bien fría,
en un cuenco de metal, bien frío.
Cuando empiece a montar,
echamos el azúcar glacé, y una cucharada de leche en polvo. Eso ayuda a
estabilizar la nata, y evita que no se nos baje.
Para saber cuando la nata
está en su punto, tenemos que fijarnos que haga surcos como en color crema.
Entonces tendrá su punto óptimo de consistencia. Si seguimos batiendo, la
convertiremos en mantequilla….
Ahora volcamos la nata sobre
nuestro merengue, ya dispuesto en la bandeja de presentación; y adornamos con
una variedad de frutos rojos, a nuestra elección.
Inicialmente, ésta tarta
solo llevaba fresas, pero la imaginación es libre….
Esta tarta hay que consumirla en pocas horas. Si os sobra, notaréis que por la noche, ya no está igual el merengue...
Por ser su día, el trozo más grande, para el papá...
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