lunes, 31 de marzo de 2014

Risotto a la parmigiana. Receta base del risotto



Breve tratado sobre el RISOTTO (Final) 

En el post anterior hemos aprendido la teoría. Ahora viene la práctica.

Os dije que preparáseis los ingredientes. Os los voy a recordar:

  • AOVE*: 2 o 3 cucharadas en el fondo de la cacerola
  • Cebolla escalonia (chalota): Una chalota regular, o una cebolla pequeña
  • Vino blanco: 1 vaso de los de vino
  • Arroz Carnaroli: 250 gr. para 4 personas
  • Caldo de ave: 1 litro
  • Mantequilla: 1-2 nueces
  • Queso Parmigiano Reggiano, o Grana Padano: 2-3 cucharadas soperas


* (Acete de Oliva Vírgen Extra)

¡ Vamos con ello !

      Picamos finamente la chalota (Si aún no habéis probado la chalota, o escalonia; os animo a probar. Veréis que diferencia.) y la volcamos sobre el aceite caliente. Inmediatamente incorporamos el arroz y rehogamos (tostatura). Con la lumbre fuerte, vamos removiendo hasta que vemos que el arroz ha absorbido el aceite. Sin dejar que se pegue, ni se queme. Tiene que quedar blanquito. Cuando la cebolla comienza a dorarse, se le incorpora el vaso de vino blanco. Se remueve el arroz con el vino, y cuando éste se ha evaporado, es el momento de bajar la intensidad del fuego y empezar a incorporar el caldo.
Con un cacillo de servir sopa, vamos añadiendo el caldo caliente, (tiene que estar caliente, para que no interrumpa la ebullición). Cubrimos el arroz con uno, o dos cazos de caldo, removemos ligeramente y dejamos evaporar.(¡Ojo!, la paleta de remover, ¡se deja fuera de la cazuela!) Cuando el caldo está más bajo del nivel del arroz, es el momento de añadir otro cacillo. La segunda vez que se añade caldo, hará falta añadir menos cantidad. La tercera, menos que la segunda, etc.

A hacer la última incorporación de caldo, se eleva la potencia de la lumbre. Es el momento de comenzar con la mescolata. Removemos constantemente, y el arroz comienza a espesarse.

Importante: Al ir cociéndose, el grano de arroz se vuelve más transparente, y se ve en el centro un puntito blanco, que desaparece al final, señal de que ya está cocido.

Con la mescolata conseguimos un arroz cremoso, y antes de que se absorba todo el caldo, se retira del fuego para realizar la mantecatura.

Para la mantecatura se le incorporan las nueces de mantequilla recién sacadas del frigorífico y las cucharadas, bien colmada de Parmegiano Reggiano. (Estamos haciendo un risotto a la parmesana…, no olvidéis.)
Se comienza a remover con una paleta de madera realizando giros rápidos y separando el arroz de las paredes de la cacerola  hasta que se disuelven la manteuilla y el queso. Así se va formando el “risotto all’onda”.

Se deja reposar un par de minutos y se sirve.






El risotto se sirve en un plato llano, sin tocar los bordes.

Vertemos uno, o dos cazos de risotto y con un movimiento, se extiende hasta el límite del fondo del plato. Sin que llegue al borde.








¡ Bueno, basta de charla !
Ahora, a la cocina…..!    

¡ Ya me contaréis!

sábado, 29 de marzo de 2014

Breve tratado sobre el RISOTTO (1ª entrega)

El chef  italiano Giulano Cingoli, nos descubre la ciencia (Y el arte, porque, es un arte…) del guiso del risotto. Desde la clase de recipiente que debemos utilizar; la variedad de arroz adecuada; qué caldo es el más apropiado…, cuáles los ingredientes,  y los pasos importantes desde la “tostatura”, a la “mantecatura”.


Veamos cuales son esos pasos:

·    El arroz: Es la parte más importante para realizar un buen risotto (obvio). Hay muchas variedades de arroz, y unos tienen más cantidad de almidón que otros. En Italia, se utilizan preferentemente las variedades Arborio, y Carnaroli, que son de grano grueso y largo; siendo, esta última la más apreciada por la textura del grano una vez cocido. Aquí se encuentran en Alcampo. Yo he utilizado las dos variedades, y como los italianos, prefiero el Carnaroli. A falta de esa variedad, un arroz “bomba”, nos puede servir.
·   La tostatura (rehogado) del arroz: Si no se rehoga, los granos de arroz absorberían más líquido del debido, y el risotto quedaría pegajoso, un tanto gomoso… Así, al rehogar, el grano de arroz se compacta, primero, y se “toma” del sabor del aceite y la cebolla, segundo. (Aquí la cebolla, es un imprescindible…)
·   El caldo (Brodo): No debe estar muy salado. Se va incorporando al arroz poco, a poco. Tiene que estar caliente, casi hirviendo
·  El recipiente que debemos emplear (aquí viene lo bueno…): Por supuesto, varía el tamaño según la cantidad de arroz. Por ejemplo, para una cantidad de 300-400 gr. (4 personas comilonas…), lo ideal es utilizar una cacerola de base ancha (24/26 cm), y de paredes regulares (10/12 cm); con ella, la evaporación del caldo durante la cocción es uniforme y con 3 o 4 cazos de caldo, el risotto estará cocido, y en su punto de sal.
Si utilizamos una cacerola con un diámetro de base pequeño y unas paredes altas, la evaporación del caldo se realiza muy lentamente y el risotto, con menos cazos de caldo, tardará menos en cocerse pero saldrá soso.
Si utilizamos un recipiente tipo paella (sartén más abierta), pasa todo lo contrario; la evaporación del caldo es muy rápida. Hará falta un número mayor de cazos de caldo para cocerse, y además saldrá salado (partimos de la base de que estamos utilizando un caldo en su justa medida de sal).
Resumiendo: si solo tenemos una cacerola de paredes altas, tendremos que utilizar un caldo más sabroso. En cambio, si lo que tenemos es una sartén, habrá que utilizar un caldo más insípido.
·     La mescolata: Remover el arroz durante la cocción. (Todo lo contrario que la paella). La mejor herramienta es una paleta de madera.
·    La mantecatura: Es la parte final. Se trata de conseguir una emulsión entre  el caldo,  la parte grasa (mantequilla y queso), y el almidón que suelta el arroz con la mescolata. Se realiza una vez que el arroz se ha retirado del fuego. Y es fundamental para conseguir un risotto all’onda





Con estas poquitas nociones, nos ha de salir un arroz estupendo. Puede que la primera vez, nos quede un poco seco…, o demasiado líquido…. ¡Todo se mejora con la práctica!. . (Nadie nace sabiendo…)


¡ Preparad los ingredientes ¡ . La próxima entrada será la receta del risotto alla parmigiana. Receta base del risotto.

Para cuatro raciones normales, vamos a necesitar:

  • AOVE*: 2 o 3 cucharadas en el fondo de la cacerola
  • Cebolla escalonia (chalota): Una chalota regular, o una cebolla pequeña
  • Vino blanco: 1 vaso de los de vino
  • Arroz Carnaroli: 250 gr. para 4 personas
  • Caldo de ave: 1 litro
  • Mantequilla: 1-2 nueces
  • Queso Parmigiano Reggiano, o Grana Padano: 2-3 cucharadas soperas

      * (Acete de Oliva Vírgen Extra)

¡No os lo perdáis!

miércoles, 26 de marzo de 2014

MERMELADA DE FRESAS & RUIBARBO

 Sensación de primavera....!, (a vueltas con el ruibarbo)

Dicen los entendidos, que uno de los mayores placeres gustativos es la conjunción entre lo ácido, y lo dulce.

Uno de esos raros equilibrios, lo encontramos al mezclar el sabor dulce de la fresa, con el ligeramente ácido del ruibarbo.

Yo lo he conseguido de ésta manera

MERMELADA DE FRESAS & RUIBARBO

INGREDIENTES:
  • 1 kg de fresas limpias y secas
  • 1 kg de ruibarbo limpio
  • 1 y ¼ kg de azúcar
  • 1 limón
  • 1 manzana.
PREPARACIÓN:        
Cortar los restos de las hojas y la parte de atrás a los pecíolos del ruibarbo. Quitar ligeramente la piel de la parte plana. Lavar, secar y trocear.
Después de lavadas y secas las fresas, trocear o laminar.

Ahora que tenemos todo cortado, mezclamos las fresas con el ruibarbo. Preparamos una cacerola honda (la de las mermeladas…, jejeje), y vamos intercalando capas de fruta y azúcar, hasta terminar con una de azúcar.
Es preferible que el material de la cacerola sea inalterable, cómo el acero inoxidable, para que no le afecten los ácidos de las frutas
Dejamos macerar alrededor de 8 horas (o toda la noche, o toda la mañana).

Pasado ese tiempo ponemos a cocer a fuego fuerte. Antes de hacerlo, introducimos en un saquito de tela una manzana, cortada en cascos, sin quitar la piel, ni el corazón con las pipas; y un limón, cortado en cuartos. Las pieles y corazón de la manzana aportan la pectina necesaria para la coagulación de la mermelada. El limón, la acidez suficiente para la conservación.
Todas las frutas tienen pectina, en mayor o menor medida. Como no me gusta añadir espesantes, le pongo la manzana, y a veces, las pipas de los limones y otros cítricos. Así aseguro una coagulación adecuada.

Cuando se alcance la ebullición, se deja cocer alrededor de 15-30 minutos a fuego fuerte; vigilando que no se agarre al fondo (Hay que remover, de vez en cuando con una cuchara de madera). Después se baja la potencia de la lumbre, y se cuida la cocción hasta que el agua de la fruta se haya evaporado, y la mermelada espese. Podemos ir aplastando la fruta con un “aplastador de patatas”. Pero también, se puede dar un golpe de batidora, para que quede más fina.

Para comprobar el punto de la mermelada, existen varias formas. Yo tengo un termómetro de azúcar. El punto se alcanza a los 104ºC105ºC . Si no se dispone de éste utensilio (por otra parte, bastante útil, si eres aficionad@ a la repostería), basta con verter una cucharada de mermelada sobre un platito frío, que luego llevaremos al refrigerador por unos minutos. Si una vez fría, se “arruga” en el plato al tocarla, y se nos pega al dedo formando un hilillo, ¡ ya está ¡.

Retiramos el saquito, y con ayuda de un colador y una cuchara, lo escurrimos bien.

Embotamos en caliente en tarros previamente esterilizados. Cerramos bien las tapaderas y volcamos sobre un paño húmedo. Dejamos enfriar en ésta posición 24 h.; así conseguimos el vacío y la mermelada puede aguantar varios meses sin problemas. Pero, para mayor seguridad, es conveniente esterilizar al baño de María, durante 30 minutos.

Una vez fríos los tarros, se etiquetan poniendo la fecha de producción y se guardan en un lugar fresco y oscuro (cómo el trastero de tu casa…)


¡ A disfrutar ¡


lunes, 24 de marzo de 2014

PASTEL DE RUIBARBO CON MERENGUE DE ALMENDRAS

¡ Fantástico ruibarbo !...¿Pero eso, qué eeh lo que eeh..?



...Pues es una planta  ( Rheum rhabarbarum ).




Aunque cuando yo era una niña, creía que era un pez....

Mi padre tenía un amigo pescador, y en una ocasión se regaló un BARBO; de ahí mi confusión.
Por eso, no entendía que la pandilla de "Los Cinco"  (Enyd Blyton), se pìrriara por un pastel...supuestamente de crema y... pescado..., ¡ puaff!. ¡ Estos ingleses, qué cosas más raras comen! : Ruibarbo, cerveza de jengibre..., ¡ otra vez, puaff!
Al cabo de los años, descubrí que era algún tipo de vegetal...; y solo hace unos pocos años decidí que, algún día haría algo con ese tal ruibarbo.



¡ Pues ese día ha llegado !


Parece ser que su origen es muy antiguo, aunque nadie se pone de acuerdo en establecer con exactitud la zona de procedencia.
La planta del ruibarbo llega a alcanzar hasta 2-3 metros. El color del tallo varía entre el verde y el rojo y es la única parte comestible. Las hojas contienen mucho ácido oxálico, que es tóxico
Se le conocen usos medicinales que eran aplicados ya, por las antiguas dinastías en la China (unos,  2.700 a.C.).
Lo que se consume son los pecíolos de las hojas, esos tan bonitos de color rojillo
(Podéis conocer más sobre el ruibarbo en http://www.infojardin.com/ )

Pero, lo más difícil, es conseguirlo.

Se que en algunas zonas de España, es más frecuente verlo en fruterías/verdulerías especializadas . Yo aquí, en Madrid, lo he conseguido gracias a mi "contacto" en Mercamadrid.
¡ Me ha hecho tanta ilusión !. ¡ Tengo que encargar más !.
Lamentablemente, no lo puedo comprar por kilos. Tiene que se la caja entera (6 kg.). ¿Pero importa  eso?, ¡ si ya me los he fundido!

Otro día os explicaré las mermeladas que he hecho con base de ruibarbo.

Hoy quiero enseñaros ésta magnífica tarta, de fórmula alemana.

RHABARBERKUCHEN MIT MANDELBAISER

O, lo es lo mismo: PASTEL DE RUIBARBO CON MERENGUE DE ALMENDRAS

Ingredientes:
150 gramos de mantequilla blanda
125 gramos de azúcar

1/2 tsp. de extracto de vainilla

5 huevos
150 gramos de harina
75 gramos de maizena
una cucharadita y media de polvo de hornear
600 gramos de ruibarbo (solo me quedaban 500 gr.)
una pizca de sal
175 gramos de azúcar (para el merengue)
50 gramos de almendras molidas
una cucharada de jugo de limón

Preparación del ruibarbo: 


Primero hay que lavarlo, como siempre. Los pecíolos tienen una película finísima que hay que quitar si se quiere que el ruibarbo no quede muy fibroso. Es muy sencillo: Con un cuchillo, cortar un pequeño trozo del extremo más gordo del tallo y tirar de él. Solo que, si le quitamos ese “película”, además se le quita la gracia, porque se queda blanco. Así es que, yo no se los quito. Después hay que cortar los tallos en piezas de más o menos 4 cm.




Precalentar el horno a 180° C y engrasar un molde desmontable de 26 cm con mantequilla.

Preparación de la masa

Batir la mantequilla con los 125 gramos de azúcar. Separar 3 huevos. Agrega uno a uno los otros dos huevos -enteros- más las yemas de los otros 3 a la mezcla de mantequilla y azúcar. Añadir la ½ cucharilla de extracto de vainilla Seguidamente tamizar la harina con la maizena y el polvo de hornear e incorporar a la masa anterior batiendo lentamente. Solo para que quede integrada la harina.



Verter la masa en el molde y luego incrustar los trozos de ruibarbo.
Deben quedar integrados a la mezcla pero que todavía se asomen a la superficie. Se tienen que ver.
Llevar al horno. Hornear aproximadamente 25 minutos. Tiene que quedar doradito por encima.





Preparación del merengue


Batir a punto de nieve las claras que habían sobrado con la pizca de sal. Cuando estén montadas, añadir poco a poco el azúcar y seguir batiendo hasta que haga picos fuertes y duros Después agregar manualmente las almendras molidas y el jugo de limón.



Ayudándonos de una espátula, distribuimos el merengue sobre nuestra tarta, que ya debería estar lista, y se vuelve a poner en el horno otros 20 minutos hasta que el merengue adquiera un apetitoso color dorado








¿Os gusta?. A nosostros, nos ha encantado






¡Para desayunar el domingo...!

...¡ Y merendar....!







Bueno, ya vale por hoy. 
Otro día más. 

¡ Buenas noches !










sábado, 22 de marzo de 2014

Tarta de Santiago , ( Especial sin gluten)

¡¡ "Cargamos rampas"...!!

Ésto ya va tomando forma...

Gracias a tod@s los que estais tirando de mí.

¡ Me vais a obligar a trabajar mucho !


Todavía tengo que aprender a configurar mi espacio. Debo tener un índice de recetas, clasificadas por categorías.
¡ No puede ser dulce todo en nuestra vida !, tambien hay verduritas..., ¡ y muy ricas ! (v.g.: brócoli..., jejeje)

Este fin de semana pienso experimentar con lo que me queda de los 6 kg. de ruibarbo que compré. Probaré con muffins, y tal vez, pruebe una receta alemana clásica
Es curioso. El ruibarbo es una hortaliza que se prepara en dulce...!

El otro día me mandó mi hija una foto de una flecha amarilla. Sabe que mi debilidad es el Camino de Santiago. Mi casa está repleta de alusiones al Camino. Por eso he recordado que tengo la receta de la típica tarta de Santiago.

Es muy sencilla. Creo que para empezar, no está mal

Tarta de Santiago 

·                                 250 gramos de almendra cruda molida
·                                 5 huevos (en lo posible grandes)
·                                 250 gramos de azúcar
·                                 Ralladura de la piel de medio limón
·                                 Media cuchara pequeña de canela
·                                 1 cucharada sopera de azúcar glass o impalpable (para espolvorear)
·                                 1 poco de mantequilla para untar el molde (con una cucharada bastará)
·                                 1 molde redondo desmontable de (de entre 24 y 26 cm de diámetro)
·                                 1 molde de papel con forma de la Cruz de Santiago 

     Untar un molde  desmontable con mantequilla y reservamos.
    Calentar el horno a 175 º ( calor arriba y abajo), piso 2 desde abajo

Batimos los huevos con el azúcar hasta que doblen su tamaño y nos queden cremosos. Echar la canela y la ralladura de limón y batir otro poco. Incorporamos la almendra molida, poco a poco;  mezclando  cuidadosamente con movimientos envolventes, de abajo a arriba, hasta introducir toda la almendra en la crema.

Verter la mezcla en el molde y colocarlo en el horno a 175º durante 30 minutos o hasta que se dore bien la superficie. Ten cuidado de no quemarla, tan solo dorarla, pues si no, se resquebraja la parte superior
Cuando la tarta se encuentre bien horneada, apagar el  horno y dejar que enfríe un poco dentro antes de sacarla, dejando la puerta entreabierta. Así, al enfriarse poco a poco, no se baja el bizcocho.
 Cuando ya se encuentre fría desmóldala, pon sobre ella la Cruz de Santiago que has recortado y espolvorea azúcar glass por encima. Es recomendable utilizar un tamiz o un colador para realizar la tarea de esparcir el azúcar glass.
NOTAS: Cuánto más se baten los huevos, más aire se introduce en la mezcla, y sale más esponjoso el bizcocho. Incluso, si se añade una cucharadita de maizena, no se desmigaja tanto.
También se puede elegir la presentación más tradicional: mezclar los ingredientes secos por un lado, e incorporar los huevos, todos juntos hasta obtener una masa mas espesa. El resultado es una tarta menos esponjosa.
 Se pueden utilizar menos cantidades en los ingredientes principales, pero si quieres que salga esponjosa, no restes muchos huevos.


¡ Atrevéos a hacerla !
Podéis acompañarla de un té, un café. o un rooibos para merendar.( incluso, con un chupito de orujo...)
¡Hasta pronto!
Buenas noches

viernes, 21 de marzo de 2014

"SEVILLE ORANGE MARMALADE" (a mi manera)

El objeto del deseo..., o el poder de la curiosidad...

La primera vez que estuve en Córdoba, había ido con mis padres a la boda de un familiar.
¡Qué casualidad!; era por éstas mismas fechas. Entonces San José era una fiesta que se celebraba en todas partes...
Por supuesto que conocía el patio de los naranjos de la Mezquita; pero, no se me había ocurrido pensar que las naranjas fueran incomibles. Hasta que robé una para probar...
Con el tiempo he descubierto que esas naranjas son las más apreciadas para hacer la típica mermelada de naranja inglesa (ORANGE MARMALADE), la variedad "Sevilla" es la que da nombre a la mermelada: Los ingleses no dicen: "mermelada de naranja amarga", dicen: "mermelada de naranjas de sevilla".

Mi afición a las mermeladas no es porque sea adicta al dulce (más bien al contrario...), es porque en su día fue todo un reto embotar algo al vacío y que me durase sin estropearse.
Después de mucho investigar y probar, conseguí lo que me había propuesto. Además, era "algo" que no había hecho nunca, así es que la atracción era aún mayor...
Y me puse manos a la obra.
Pronto se convirtió en uno de mis "palos favoritos a tocar". Hoy hago mermeladas y chutneys de varios tipos.
Y, ¿por qué con naranjas amargas?.
Pues la culpa la tuvo mi querida cuñada con tanto decirme: "¡¡ A mí la que me gusta es la de naranjas amargas...!!"
Así es que tuve que lanzarme a la búsqueda de las dichosas naranjas, que, cómo podéis suponer, no se encuentran facilmente en Madrid.
¡ La cosecha fue estupenda !. Media ciudad de Almendralejo estuvo revolucionada para conseguirme las naranjas...(por éste año ya vale, gracias...)
Esta preparación mía, puede que no se ajuste a la versión original inglesa, pero me da muy buen resultado, y está teniendo mucho éxito entre mis amigos.
Espero que os animéis a hacerla. Aunque hay que tener mucha paciencia...


 "SEVILLE ORANGE MARMALADE" (a mi manera)








Ingredientes:
  • Naranjas de las llamadas “BORDES” (Las de los árboles de Sevilla)
  • 1 limón grande
  • Azúcar (+/-) el doble y algo más del peso de las cáscaras
  • Agua
Preparación:

Lo primero que hay que hacer es fregar bien las naranjas. Y digo “fregar”, porque conviene lavarlas con un cepillo, ya que tienen la piel bastante rugosa. No cómo las naranjas de mesa que venden que están lisitas. Éstas que utilizamos son “salvajes” (salvo que te las regale algún amigo de su árbol del jardín).
Bueno, una vez limpias las naranjas las partimos por la mitad, le quitamos las pepitas (que iremos echando en un recipiente con un poco de agua fría y el limón entero cortado en gajos), exprimimos el poco zumo que tienen, y vaciamos los cascos de naranja con una cuchara para retirar muy bien los pellejos y la parte blanca de la cáscara.
El zumo resultante y el recipiente de las pepitas, los tapamos bien y los dejamos en el refrigerador mientras se preparan las cáscaras.
Todos esos pellejos y partes blanca de la naranja, los metemos en una bolsita que haremos con un lienzo o gasa grande (yo tengo un saquito para cocer legumbres).

Ahora pesamos las cáscaras de las naranjas. Ése es el peso de referencia para el azúcar que tenemos que utilizar.

Ponemos a cocer las pieles en la olla exprés ligeramente cubiertas de agua (+/- 1 litro y 1/2). Metemos también la bolsita de los pellejos. Cocemos durante 10 minutos (si es olla tipo Perfect). Sacamos las pieles a un escurridor de malla fina. El líquido lo reservamos. Y una vez escurrida, tiramos el contenido de la bolsita.
Cuándo las pieles se hayan enfriado y escurrido, las hacemos tiritas muy finas utilizando las tijeras de cocina. Yo las voy troceando en un colador – de colador, a colador, jejeje -.

Entramos en la fase final del proceso.

Ponemos las tiritas en la cazuela para mermeladas (tod@s tenemos “un” cacharro dedicado a éste menester…); agregamos el azúcar, que será el doble del peso de las cáscaras y 200 – 300 gr. más, depende de lo dulce que os guste; agregamos el zumo que teníamos reservado y el líquido de cocer las cáscaras. Y no nos olvidemos de las pepitas con el limón; hay que añadirlas, ¿cómo?; hay que colar el agua dónde las hemos reposado (otro colador.., jaja) y usar el saquito de cocer los pellejos, que también irá a la olla…

Las pipas de estas naranjas, son las que más pectina tienen. Hay quien las mete en el saquito de los pellejos de la primera cocción. Yo prefiero hacerlo por separado, porque puede que no utilice todo el líquido de cocer las cáscaras, y quiero asegurarme de tener toda la pectina posible.

Seguimos.

Removemos bien el contenido de la cazuela para que se disuelva todo el azúcar, subimos la potencia del fuego hasta conseguir la ebullición. Dejamos cocer a fuego fuerte unos 10-15 minutos removiendo de vez en cuando. Luego bajamos la potencia a moderado y dejamos  cocer hasta que se alcanza el punto de mermelada (sobre 30 – 45 minutos). Para saberlo, se echa una cucharada de mermelada en un platito que hemos dejado enfriar; lo llevamos otra vez al frío, y pasados unos minutos comprobamos: si no escurre fácilmente por el plato, y  se nos pega al dedo formando un hilo, ¡ya está!
Apagamos la lumbre, espumamos la superficie y dejamos reposar alrededor de 10 minutos antes de embotar.
Dicen (solo dicen) que, la auténtica mermelada inglesa (la “SEVILLE ORANGE MARMALADE”) lleva una copita de güisqui. Se echaría al apagar el fuego, removiendo y dejando reposar. Lo del reposo, es para que se repartan bien las tiritas de naranja en el líquido de la mermelada.

Embotaremos aún caliente, en tarros esterilizados. Los cerramos y volcamos sobre un paño húmedo para que hagan el vacío. Dejamos enfriar 24 horas. Así se conservarán varios meses sin problema; pero si queremos que aguanten más, hay que esterilizar al baño María durante 30 minutos.
Cuando se hayan enfriado, se etiquetan con la fecha y se guardan en un sitio lo más oscuro y fresco posible.
Pasados un par de meses, estará “madura” la mermelada y se disfruta más del sabor.

Con las mermeladas pasa como con el buen vino..., cuánto más tiempo pasa, más ricas están.

Otro día, más.
¡Buenas noches!

jueves, 20 de marzo de 2014

SALMÓN MARINADO, receta

El día después.

Encontrarme "a mí, misma", no ha sido difícil porque ayer estuve practicando.
Encontrarme mis amigos a través del "celular", es otra cosa. Yo, por lo pronto, no sé hacerlo. Estoy muy lanzada con las nuevas tecnologías, pero ..., ¡ vayamos por partes !.
Insisto. Para encontrarme hay dos maneras:

  1. Por pura casualidad, a través de GOOGLE, ó
  2. Poniendo el nombre del blog todojuntoyenminusculas, en la barra de direcciones de Internet.
Más adelante, cuándo sea famosa (jejeje), seguro que salgo a la primera.

Esto tengo que perfilarlo. De momento, es un rodaje. Voy poco, a poco, sin prisa..., pero sin pausa...

¡ A lo que vamos !.
Aprovechando que estamos en Cuaresma, y los viernes, "no debemos" comer carne, he creído oportuno subir mi receta infalible de salmón marinado.
En ésta casa, es cómo un paquete de pipas. Dá igual la cantidad que haga. Desaparece en dos telediarios

En invierno procuro hacerlo con frecuencia; es un buen recurso para las cenas del personal. (son cómo los osos, ¡ les encaaannta el salmón !). Además, me sale más barato que comprar un jamón: dura lo mismo, y, encima, tiene hueso...
Es un clásico, pero...

 receta de SALMÓN MARINADO:


Ingredientes:
  • Salmón, (of course!). Yo le pido al pescadero un trozo del lomo, como de 1 kg. 200 gr. +/-, abierto (dos lomos sueltos), y sin espina.
  • ½ vaso (de los de agua) de sal gorda
  • Igual cantidad de azúcar
  • Un buen puñado de eneldo fresco ( también vale seco, pero no es lo mismo)
  • Mi toque especial, (es opcional, ya que los ingredientes fundamentales son los anteriores ): una cucharadita de semillas de mostaza, (siempre tengo, para hacer wok y currys), una cucharadita de semillas de cilantro (idem), y según el día, una pizca de mezcla de pimientas en grano.
PROCEDAMOS:
Lavamos y secamos perfectamente el pescado (Por cierto. Yo lo congelo previamente, mínimo 2 días, por aquello del anisakis)
Nos agenciamos un recipiente donde quepa el trozo de salmón que hemos comprado; a ser posible, que sea hondo, porque luego se llena de líquido.
Lo forramos de hojas de papel de aluminio, dejando papel para cerrar el envoltorio que hagamos. ( véase la foto).

En un cuenco, mezclamos bien la sal, con el azúcar las hierbas y las semillas
En el fondo de la fuente, vertemos unas cucharadas de la mezcla preparada, repartiéndola bien
Ponemos uno de los lomos del salmón, con la piel tocando la mezcla.
Vertemos dos o tres cucharadas de mezcla sobre la carne del pescado y tapamos con el otro lomo (carne con carne); dejando la piel hacia fuera.
Repartimos sobre ese trozo, el resto de la mezcla. Si os queda demasiado, se puede guardar en un frasquito cerrado hasta otro día.
Ahora cerramos con el papel de aluminio, hasta que nos quede un paquete muy bien apretado.
Le colocamos un peso encima. ( yo le pongo un brik de leche)
Lo guardamos en la nevera.

A las 24 h. le damos la vuelta al paquete, y seguimos con el peso encima. ( ya habrá soltado grasilla el salmón)
A las 48 h. lo tenemos listo para comer. (Es según los gustos; porque hay gente que se conforma con unas 2 – 4 horas. Depende de lo “curado” que os guste)
Abrir el paquete, lavar para quitar bien el resto de sal, secar, quitarle alguna espina que se haya quedado entre la carne (con pinzas, o con la puntita de un cuchillo) y  filetear con el cuchillo del jamón.

CONSERVACION

Aguanta varios días en un tupper, con aceite de oliva (capita de salmón, chorrito de aceite, etc.).
Eso, si dura y los osos no se los comen antes....




¡ Qué lo disfruteis !.
Ah!, y ¡ Feliz primavera!

El que la sigue..., la consigue...

Poco, a poco, ya le voy cogiendo el tranquillo a ésto.
Me cuesta menos tiempo y trabajo "encontrar" mi sitio.
Tenéis que perdonarme. Aún no estoy muy ducha...
Que conste. No hago ésto por aburrimiento, ni por seguir una moda. También se, que es muy dificil tener una continuidad cuando no tienes tiempo para casi nada. (El día que me jubile, ¡ya veréis !).
Me considero una mujer polifacética. No tengo demasiadas aficiones, pero las que tengo, me absorben por completo. Prefiero dedicar mi tiempo ,  y digo "mi tiempo", todo, a hacer lo que me gusta. Las obligaciones, como son obligaciones, las realizo sin ningún interés; y cuando no tengo más remedio. Dedicar el tiempo a algo que me gusta, me relaja mucho, a pesar de que sea una tarea ardua, o muy farragosa.
Tampoco me gustan mucho las máquinas. Disfruto más con una cuchara de palo en la mano, que enchufando un robot de cocina, por muy sofisticado que éste sea.
Exceptuando algunas herramientas básicas cómo, la olla exprés, la  Kitchen Aid, y la SINGER 2000 de mi madre....
Una de mis recientes adquisiciones fue, una olla de barro de PERERUELA. ¡ No existe mayor placer que usar las "viejas tecnologías" en la cocina!. (Algún dia dedicaré unos comentarios a las vainicas dobles, y a los zurcidos que me enseñaron a hacer las monjas de mi colegio. ¡ Qué tiempos!).
¡ En fín !.
Otro día seguimos...
Buenas noches...