miércoles, 26 de marzo de 2014

MERMELADA DE FRESAS & RUIBARBO

 Sensación de primavera....!, (a vueltas con el ruibarbo)

Dicen los entendidos, que uno de los mayores placeres gustativos es la conjunción entre lo ácido, y lo dulce.

Uno de esos raros equilibrios, lo encontramos al mezclar el sabor dulce de la fresa, con el ligeramente ácido del ruibarbo.

Yo lo he conseguido de ésta manera

MERMELADA DE FRESAS & RUIBARBO

INGREDIENTES:
  • 1 kg de fresas limpias y secas
  • 1 kg de ruibarbo limpio
  • 1 y ¼ kg de azúcar
  • 1 limón
  • 1 manzana.
PREPARACIÓN:        
Cortar los restos de las hojas y la parte de atrás a los pecíolos del ruibarbo. Quitar ligeramente la piel de la parte plana. Lavar, secar y trocear.
Después de lavadas y secas las fresas, trocear o laminar.

Ahora que tenemos todo cortado, mezclamos las fresas con el ruibarbo. Preparamos una cacerola honda (la de las mermeladas…, jejeje), y vamos intercalando capas de fruta y azúcar, hasta terminar con una de azúcar.
Es preferible que el material de la cacerola sea inalterable, cómo el acero inoxidable, para que no le afecten los ácidos de las frutas
Dejamos macerar alrededor de 8 horas (o toda la noche, o toda la mañana).

Pasado ese tiempo ponemos a cocer a fuego fuerte. Antes de hacerlo, introducimos en un saquito de tela una manzana, cortada en cascos, sin quitar la piel, ni el corazón con las pipas; y un limón, cortado en cuartos. Las pieles y corazón de la manzana aportan la pectina necesaria para la coagulación de la mermelada. El limón, la acidez suficiente para la conservación.
Todas las frutas tienen pectina, en mayor o menor medida. Como no me gusta añadir espesantes, le pongo la manzana, y a veces, las pipas de los limones y otros cítricos. Así aseguro una coagulación adecuada.

Cuando se alcance la ebullición, se deja cocer alrededor de 15-30 minutos a fuego fuerte; vigilando que no se agarre al fondo (Hay que remover, de vez en cuando con una cuchara de madera). Después se baja la potencia de la lumbre, y se cuida la cocción hasta que el agua de la fruta se haya evaporado, y la mermelada espese. Podemos ir aplastando la fruta con un “aplastador de patatas”. Pero también, se puede dar un golpe de batidora, para que quede más fina.

Para comprobar el punto de la mermelada, existen varias formas. Yo tengo un termómetro de azúcar. El punto se alcanza a los 104ºC105ºC . Si no se dispone de éste utensilio (por otra parte, bastante útil, si eres aficionad@ a la repostería), basta con verter una cucharada de mermelada sobre un platito frío, que luego llevaremos al refrigerador por unos minutos. Si una vez fría, se “arruga” en el plato al tocarla, y se nos pega al dedo formando un hilillo, ¡ ya está ¡.

Retiramos el saquito, y con ayuda de un colador y una cuchara, lo escurrimos bien.

Embotamos en caliente en tarros previamente esterilizados. Cerramos bien las tapaderas y volcamos sobre un paño húmedo. Dejamos enfriar en ésta posición 24 h.; así conseguimos el vacío y la mermelada puede aguantar varios meses sin problemas. Pero, para mayor seguridad, es conveniente esterilizar al baño de María, durante 30 minutos.

Una vez fríos los tarros, se etiquetan poniendo la fecha de producción y se guardan en un lugar fresco y oscuro (cómo el trastero de tu casa…)


¡ A disfrutar ¡


No hay comentarios:

Publicar un comentario